martes, 13 de noviembre de 2018

Bohemian Rhapsody, de Bryan Singer






Bohemian Rhapsody, la historia de Freddie Mercury
(Bohemian Rhapsody, EEUU, Inglaterra, 2018)
de Bryan Singer

Jesús Guerra

¿Por qué la excluyente fascinación de los fans por los cantantes? Debe existir una o varias explicaciones, pero el asunto es que se trata de una fascinación injusta. Freddie Mercury era un tipo con un talento gigante, que componía y cantaba como los dioses y además era llamativo y extravagante. ¿Pero y el talento igualmente desmesurado del guitarrista Brian May, que también canta y compuso algunas de las canciones del grupo Queen? ¿Y el del baterista Roger Taylor, también cantante y compositor? ¿Y el talento del bajista, igualmente compositor de éxitos de Queen? ¿En dónde quedó? ¿A qué hora se les puso un mínimo de atención a los otros tres miembros del grupo en la película Bohemian Rhapsody, la historia de Freddie Mercury (la cual, por cierto, en español debió llamarse solamente «Rapsodia Bohemia», que es como se conoce esa legendaria canción en nuestro país)? Pues no quedó en ninguna parte. A Hollywood le gustan las historias trágicas de los artistas muertos. Por eso esta cinta está centrada en la vida (además, «escandalosa») de Freddy Mercury, y a Queen, como grupo, lo deja sólo como telón de fondo.




Si Freddie Mercury alcanzó todo lo que llegó a hacer no fue sólo por su enorme talento, sino porque estaba rodeado de los otros tres músicos de Queen. La magia estaba en el grupo. Exactamente como ocurrió con The Beatles. Ni John Lennon, ni Paul McCartney, ni George Harrison ni Ringo Starr lograron nunca, en sus álbumes como solistas o con otros grupos, lo que lograron con The Beatles.


Queen, grupo todavía oficialmente activo, ha grabado varios álbumes y ha hecho giras después de la muerte de Freddie Mercury. Ha sido mucha la terquedad de Brian May y de Roger Taylor (John Deacon se retiró de la música en 1997) por mantener con vida a Queen, una tarea loable, sin duda, sobre todo teniendo en cuenta que May tiene 71 años (nació el 19 de julio de 1947) y Roger Taylor 69 (nació el 26 de julio de 1949), pero todos sabemos que Queen, el verdadero grupo Queen, murió el 24 de noviembre de 1991 junto con Freddie Mercury (fallecido a los 45), no necesariamente porque fuera el más talentoso (aunque tal vez lo era) sino porque era el único verdaderamente insustituible debido a su voz.

La película, dentro de lo que cabe, está bien filmada. En términos visuales logra darnos una imagen bastante similar de los personajes, y Rami Malek (gracias a su talento y al trabajo de meses, con coreógrafos y maestros de música y canto) logra imitar a la perfección los movimientos de Mercury en el escenario; y los cuatro actores que interpretan a los músicos logran darnos una idea bastante decente de lo que eran las presentaciones de Queen en vivo, en especial en esa escena que recrea la participación de la banda en el concierto de Live Aid.




Puedo suponer que el guionista, Anthony McCarten (guionista, entre otras películas, de The Theory of Everything, 2014, sobre la vida de Stephen Hawking), hizo lo que pudo para desarrollar un personaje tan complejo como Mercury en sólo dos horas, pero la verdad es que al terminar la película en realidad no sabemos gran cosa de Freddie Mecury como persona, y absolutamente nada de los otros tres miembros de Queen. La cinta tampoco nos dice nada del proceso creativo del grupo, ni nos muestra experiencias significativas del cuarteto, y para colmo de males, nos cuenta mal algunas escenas importantes (no, Mercury, May y Taylor no se conocieron como muestra el film, ni el regalo del anillo a Mary Austin se dio de esa forma), se salta grandes períodos del grupo (la grabación de sus primeros tres álbumes no existe en la película) y los preparativos para la escena final son una mentira. Ni el grupo se había separado porque Freddie iba a grabar dos discos como solista (Roger Taylor, el baterista, ya había sacado su disco como solista para ese momento), ni estaban enojados, ni tenían años sin tocar juntos antes del concierto de Live Aid (en realidad dos meses antes habían terminado una gira mundial) y por lo tanto no tuvieron que perdonarse ni reconciliarse para tocar en el famoso concierto... La película, que además de saltarse acontecimientos importantes, tergiversa la cronología, parece sugerirnos que Queen tocó en ese concierto organizado por Bob Geldof, porque tanto Mercury como sus compañeros se sentían mal porque Mercury tenía sida. La verdad es que a Mercury no le diagnosticaron la enfermedad sino hasta dos años después de ese histórico concierto.




La película falla en volver entrañable a Freddie Mercury al espectador (un personaje que debió ser sumamente afectuoso, y que, de hecho, ya era entrañable, en cierto nivel, para sus millones de fans, y ni así lo logra la película) porque en realidad no se acerca a él. No nos cuenta acerca de su infancia, ni de su relación con sus padres, ni de lo que realmente sentía o deseaba. No nos dice nada que no supiéramos ya —por lo menos quienes ya conocíamos a Queen antes de entrar a la sala de cine—: que era talentoso, que tenía una voz extraordinaria, que era extravagante, que era bisexual, que era promiscuo (¿quién no era promiscuo en los años 80?), y que murió de sida. Sí, gracias, eso era conocido. (Además, la película acaba varios años antes de la muerte de Mercury y su muerte nos la cuenta en letreros.)




Parte de los problemas de esta cinta, sin duda, se deben a que cuando aún quedaban dos semanas de filmación, la casa productora se vio en la necesidad de correr al director por sus continuas ausencias. Durante varios días quien tuvo que dirigir fue el cinefotógrafo, Newton Thomas Sigel, colaborador de años de Bryan Singer, y mientras encontraban un nuevo director que le entrara a esta obra a medias la producción fue detenida. Finalmente contrataron al actor, guionista y director Dexter Fletcher (quien actualmente dirige Rocketman, la biografía fílmica de Elton John) para que terminara la cinta. Sin embargo, creo que los problemas fundamentales de esta película son del guion, y quizá desde antes, desde la concepción del proyecto.




Bohemian Rhapsody, la historia de Freddie Mercury tuvo la posibilidad de ser «la historia de Queen», tuvo la posibilidad de indagar en la historia musical del grupo, de mostrarnos cómo y por qué hacían lo que hacían, pero prefirió ser una biografía cinematográfica (biopic le llaman en Hollywood) del todo clásica y comercial sobre el cantante muerto, y, para colmo de males, fallida.




Queen, por su parte, tuvo la oportunidad de ser un grupo del todo excepcional que le hiciera escuchar a los melómanos del mundo lo que se puede lograr con talento, ganas y creatividad. Y eso hicieron en cinco álbumes, de 1974 a 1977. Su primer disco, Queen, de 1973 era sólo interesante, pero sus discos Queen II (1974), Sheer Heart Attack (1974), A Night at the Opera (en donde está «Rapsodia Bohemia», 1975), A Day at the Races (1976) y News of the World (1977) son absolutamente geniales... lo repito: ¡absolutamente geniales! (pero los dos mejores de todos, sin duda alguna, son Queen II y Shear Heart Attack, el primero de los cuales, al parecer, a nadie le interesó en su momento y a nadie le interesa ahora. Del siguiente salió su primer éxito comercial «Killer Queen»). A partir de su siguiente álbum, Jazz (1978), Queen decidió que les interesaba más el aplauso de las masas y el dinero que produce la música hecha para las masas, y Queen se volvió un grupo famosísimo y exitosísimo, pero musicalmente había perdido el rumbo, la gracia, el interés y el favor de las musas (lo cual parece demostrado por su rabioso éxito comercial).




Bohemian Rhapsody, la historia de Freddie Mercury es una película que trata sólo sobre el cantante de Queen, y musicalmente sólo sobre sus composiciones a partir de 1980 (con excepción, claro, de la canción que le da título al film, que es de cinco años antes), por eso, en parte, la cinta es tan mediocre. Lo cual, obviamente, es lamentable. Me hubiera encantado que la película me gustara. Lo que sí vale la pena ver, lo repito, es la interpretación que hace Rami Malek de Freddie Mercury, a pesar, también hay que decirlo, de que en algunos momentos los espectadores tememos que se le caiga la prótesis dental. Sin embargo, a fin de cuentas, creo que es una película que hay que ver. Es la única que tenemos sobre Freddie Mercury (y Queen), la cual consigue algunos momentos disfrutables, algunos interesantes, algunos evidentemente desperdiciados y otros del todo olvidables. Es lo que hay, ¿qué le vamos a hacer?

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Bohemian Rhapsody, la historia de Freddie Mercury (Bohemian Rhapsody).
Dirección: Bryan Singer (y Dexter Fletcher, sin crédito en la película).
Guión: Anthony McCarten, basado en un argumento de él mismo y Peter Morgan.
Música: Queen.
Fotografía: Newton Thomas Sigel.
Edición: John Ottman.
Diseño de producción: Aaron Haye.
Vestuario: Julian Day.
Con: Rami Malek, Gwilym Lee, Ben Hardy, Joseph Mazzello, Tom Hollander, Aidan Gillen, Allen Leech, Lucy Boynton, Aaron McCusker y Mike Myers, entre otros.
Países: EEUU e Inglaterra.
Duración: 134 minutos.