viernes, 25 de octubre de 2019

Guasón, de Todd Phillips




Guasón
(Joker, Estados Unidos, Canadá, 2019)
de Todd Phillips

Jesús Guerra

 Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) trabaja como payaso para una agencia que los alquila para fiestas, para celebraciones para niños enfermos en hospitales, para sostener carteles afuera de tiendas... No es buen payaso, no es un hombre gracioso, pero él cree que sí lo es. Arthur padece una enfermedad mental que lo hace reírse, carcajearse lastimeramente, cuando siente otros sentimientos que no tienen nada qué ver con el buen humor y la comicidad. Particularmente se ríe cuando está angustiado. Incluso trae una tarjeta impresa que puede mostrarle a la gente que dice precisamente eso, que está enfermo y que su risa no está relacionada con lo que realmente siente. Pero no se puede ir mostrándole una tarjeta a todo mundo, a toda hora.

Arthur vive con su madre, Penny Fleck (la siempre estupenda Frances Conroy), en un humilde departamento de un edificio destartalado en Ciudad Gótica (Gotham). Estuvo en un hospital psiquiátrico alguna vez y desde entonces depende de la seguridad social para su tratamiento. En una ocasión pide que la psicóloga-trabajadora social-asistente le diga al médico que le aumente la dosis. La mujer le dice que de cuál medicamento si toma siete diferentes. En otra entrevista él le dice que lo único que quiere es no sentirse tan mal.

Para colmo, la ciudad es un caos que empeora: hay mucho ruido, todo el tiempo, en todas partes; y la gente es cada vez más agresiva (todo el tiempo, en todas partes). Un día un grupo de jóvenes le roba el cartel con el que trabaja afuera de una tienda. Arthur corre detrás de ellos varias cuadras y en un callejón le rompen el cartel en el rostro y lo patean entre todos, porque sí, por gusto. ¿No tiene la impresión de que todo empeora?, le pregunta en una ocasión a la trabajadora social que le da las recetas para sus medicamentos. Y sí, todo empeora. La mujer le dice que el centro de asistencia en el que están va a cerrar sus puertas porque les quitaron el presupuesto. ¿Y quién me va a dar mis medicinas? La mujer le responde que a la gente del gobierno no le importa la gente como él... ni como ella.

Arthur admira a Murray Franklin (Robert De Niro), un cómico que tiene un exitoso talk-show nocturno, y cuando ve el programa junto a su madre, él se imagina que está entre la audiencia en el estudio de televisión, y que le llama la atención a Murray y éste lo hace pasar al escenario y lo abraza... Esa admiración y esa necesidad de reconocimiento, de admiración, de aplausos (él mismo le dice a su psicóloga que toda su vida ha tenido la sensación de que no existe), impulsa su deseo de convertirse en un cómico, y hace apuntes para chistes en un cuaderno que también es su diario, e incluso una noche se presenta en un club de humoristas con noches de aficionados, presentación que tiene consecuencias catastróficas. La presión económica es demasiada, su historial familiar es muy pesado y la sociedad que lo rodea es espantosa. Arthur Fleck, enfermo mental, solitario y pobre, no puede sino quebrarse o explotar.

La película es extraordinaria. Joaquin Phoenix encarna a la perfección a Arthur Fleck (adelgazó 23 kilos para esta interpretación y creó dos tipos de carcajadas diferentes, la que Arthur manifiesta en sus ataques de risa fuera de lugar, y una aguda y falsa que utiliza cuando intenta mezclarse, integrarse con quienes le rodean, entre el público viendo a un cómico o en su lugar de trabajo con los compañeros). Sin embargo, para mí lo más extraordinario es la dirección y la fotografía. La cinta transcurre en 1981, así que filmaron la película como si hubiese sido hecha en ese momento, en realidad un poco más atrás: la película es una cinta de los años 70. No sólo en su fotografía sino en sus encuadres y ángulos de cámara y, esto es fundamental, en su tratamiento de la historia y de los personajes, en la estructura y en el ritmo. Es una cinta bastante más lenta que las actuales, pero también nos muestra personajes más complejos. Al ver este filme uno se acuerda de inmediato de películas como Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) y Tarde de perros (Dog Day Afternoon, Sidney Lumet, 1975; incluso Joaquin Phoenix nos recuerda al personaje de Sal, de esta cinta, interpretado por John Cazale, actor prematuramente fallecido en 1978, por su delgadez y el pelo medio largo, siempre despeinado).




Es extraordinaria, también, porque, aunque es evidente que la película es parte del mundo del cómic por las referencias al universo de Batman (la ciudad es Gotham, el padre de Bruce Wayne —Bruce aquí aparece como un niño— es Thomas Wayne (Brett Cullen), quien aquí lanza su candidatura para alcalde, Alfred se convierte en Joker), no se parece en nada a las adaptaciones (excesivas en nuestros días) de cómics. Uno podría olvidarse por completo de los cómics con este filme, lo que vemos en pantalla es la terrible historia de Arthur Fleck.

Y algo aún más sorprendente es que ninguna película anterior de la filmografía del coguionista y realizador de Joker, Todd Phillips, nos indicó, nunca (por lo menos a mí), que él podría escribir y dirigir una cinta como ésta. Todd Phillips es el director de comedias estudiantiles bobas como Road Trip (2000) y Old School (2003), de la adaptación cinematográfica de la antigua serie Starsky & Hutch (2004), y luego de las exitosas comedias (bobas pero eficientes) llamadas ¿Qué pasó ayer? (The Hangover, 2009; con su segunda parte en 2011 y la tercera en 2013). ¿De dónde salió el cineasta capaz de hacer un estudio sobre la alienación, mental y social, como Joker? Misterios del cine.

La escena final de esta cinta es interesantísima, y no me refiero al caos de la revuelta ciudadana convertida en convención de payasos fuera de control, sino a la escena en el psiquiátrico, la cual, entre otras cosas, nos obliga a repensar la película completa. ¿Qué escenas de las anteriores han sucedido exclusivamente en la mente delirante de Arthur?

Por supuesto, Joker no pretende justificar el crimen, ni siquiera a Arthur, lo que quiere es que comprendamos al personaje central. Comprender no es justificar. La obra no es un ejemplo a seguir para nadie, ninguna obra lo es. Las novelas y las películas lo que pretenden es mostrarnos el mundo desde una cierta perspectiva. Y por lo tanto tampoco pueden ser moralistas ni pedagógicas. Las obras no deben tener moraleja. Milan Kundera dice que las novelas deben de ser ambiguas (es decir, moralmente ambiguas) porque la realidad también lo es. El arte es un espejo no un manual de instrucciones. El arte lo que pretende es hacer reflexionar al espectador, no darle consignas. Joker, además de contarnos el origen del villano del universo de Batman, es el retrato de un enfermo mental en una sociedad indiferente. El arte, los artistas, hace una parte del trabajo. Los espectadores debemos hacer la nuestra. El espectador debe aprender a interpretar lo que ve y lo que escucha. Joker es, en todo caso, una llamada de atención.

La estupenda e intensa música es de Hildur Guðnadóttir (compositora nacida en Islandia en 1982), que ha musicalizado, entre otras obras, la miniserie Chernobyl (2019), y las películas Sicario: Day of the Soldado (Stefano Sollima, 2018) y Journey's End (Saul Dibb, 2017).

. . . . . . . . . . . . . . .

Guasón (Joker)
Dirección: Todd Phillips
Guión: Todd Phillips, Scott Silver, basados en personajes de Bob Kane, Bill Finger y Jerry Robinson
Fotografía: Lawrence Sher
Edición: Jeff Groth            
Diseño de producción: Mark Friedberg
Dirección de arte: Laura Ballinger
Música: Hildur Guðnadóttir
Con: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz, Frances Conroy, Brett Cullen, Shea Whigham, y Bill Camp, entre muchos otros.
Género: Thriller, Crimen, Drama
País: Estados Unidos, Canadá
Idioma: Inglés
Año: 2019
Duración: 122 minutos




jueves, 10 de octubre de 2019

Damascus Cover, de Daniel Zelik Berk





Damascus Cover
(Reino Unido, 2017)
de Daniel Zelik Berk

Jesús Guerra


Un espía israelí llamado Ari Ben-Sion (Jonathan Rhys Meyers) y su compañero Shaul (Aki Avni) se encuentran en Berlín trabajando en una operación para capturar a otro espía israelí que ha estado pasando información a los sirios. Este hombre logra decir, en una llamada telefónica, que el espía israelí mejor colocado dentro del gobierno sirio es conocido como el Ángel, pero no sabe su nombre. En ese mismo momento Shaul entra al cuarto de hotel del espía, pelean, el espía está a punto de matar a Shaul cuando Ari lo mata. Operación fallida. Pero el mensaje es claro: si algo va mal, un agente a quien debe salvar es a su compañero.

De regreso en Israel, el jefe de ambos, Miki (el siempre estupendo John Hurt) les dice que deben asumir que el informante dijo todo lo que sabía y que es necesario regresar a todos sus espías en Siria. Pero le dan una misión especial a Ari. Debe ir a Damasco y contactar a un científico israelí que trabaja para el gobierno sirio y sacarlo del país junto a su familia, sin embargo la manera de contactarlo es a través de la sirvienta judía de un empresario alemán, exnazi, Franz Ludin (Jürgen Prochnow), para lo cual Ari deberá viajar bajo la identidad de un empresario alemán de nombre Hans Hoffmann.

Antes de eso, empero, Ari debe pasar una evaluación con la psiquiatra de los servicios de inteligencia. Sucede que tiempo atrás murió el hijo de Ari, y esto culminó con la separación de su mujer. Es necesario saber si Ari está en condiciones de realizar su misión. Por otra parte, días antes de comenzar su misión, Ari salva a una joven periodista norteamericana de la furia de unos judíos ortodoxos a quienes fotografiaba en la calle. Ari la saca de ahí, la lleva a un café y le explica por qué fue agredida. Ella, llamada Kim Johnson (Olivia Thirlby) le da su número de teléfono. Dice que estará ahí un par de días y que se irá porque trabaja en unos reportajes sobre Oriente Medio. Ari, por supuesto no le llama.

Ari, en su personalidad de Hans Hoffman, llega a Damasco. Desde el mismo aeropuerto es seguido y fotografiado. Y a la mañana siguiente se topa con Kim Johnson en el hotel («¿me estás siguiendo?», le dice ella). Y comienza la trama de encuentros, engaños, persecuciones, amores pasajeros, mentiras, actuaciones, peleas a golpes, balaceras, escapes... es decir, la vida diaria de un espía, por lo menos según en cine.




El guion fue escrito por el propio realizador, Daniel Zelik Berk y Samantha Newton, basados en una novela de 1977 de Howard Kaplan, aunque la cinta ha sido ubicada en noviembre de 1989, poco después de la caída del muro de Berlín («Si el muro de Berlín ha caído, todo es posible», dice Kim en algún momento). No termino de entender la carrera cinematográfica del coguionista y realizador, pues aunque ha estado en el mundo del cine por lo menos desde los años ochenta, ha producido sólo cinco películas (de 1986 a 1998), ha escrito sólo este guion, y ha dirigido sólo dos cintas, ésta y una película para televisión, en 1998, llamada Frozen. Sin embargo, en IMDb podemos leer que él acompañó a Christopher Reeve en un viaje a Israel en 2003, y que cuando él trabajaba para John Travolta, arregló la junta entre Travolta y Quentin Tarantino gracias a la cual Travolta participó en Pulp Fiction, y por tanto revivió su carrera. El asunto es que, aunque Daniel Zelik Berk es un hombre talentoso, no tiene gran experiencia, por lo menos como guionista ni como realizador. Aun así, a mí Damascus Cover (que en España se llama Operación en Damasco) me parece interesante. Nada más, y tampoco nada menos. Hay por ahí una gran cantidad de películas que no llegan siquiera a ser interesantes.

Tanto el guion como la dirección son un tanto acartonados, lo que afectó la actuación de Jonathan Rhys Meyers, quien francamente no me parece muy creíble como espía y hombre de acción (a Rhys Meyers le van muy bien papeles en cintas de época —el rey Enrique VIII, en la serie The Tudors, 2007-2010—, le van bien los disfraces, músico de Glam Rock —Velvet Goldmine, Todd Haynes, 1998—, amante metrosexual —Match Point, Woody Allen, 2005—, obispo sanguinario —en la serie Vikings, 2017-2018—, y tal vez fuera más creíble como espía dirigido por otro realizador). Los diálogos también son acartonados, son clichés; y creo que Olivia Thirlby no es, tampoco, la mejor elección para el papel de Kim Johnson, no porque actúe mal sino porque no tiene la personalidad requerida para este papel. Entiendo que también es una cuestión de presupuesto.

John Hurt, que era un actor estupendo, lamentablemente tuvo muy poco tiempo en pantalla, pero evidentemente es un personaje importante. Lamentablemente, también, murió después de la filmación de la cinta, así que ésta fue su última película (se acordarán de él, Max en Midnight Express —Alan Parker, 1978—, Kane en Alien —Ridley Scott, 1979—, irreconocible como John Merrick en Elephant Man —David Lynch, 1980—, Winston Smith en 1984 —Michael Radford, 1984—, Mr. Ollivander en las películas de Harry Potter... participó en 208 películas), por eso está dedicada a él.

Además de lo anterior, para ser un thriller de espionaje, la cinta muestra poca acción y, sobre todo en la primera mitad, es incluso lenta. Queda claro, pues, que no es la gran película, y, sin embargo, como ya lo apunté, me pareció interesante. No todas las cintas de espías muestran el cansancio de los espías por vivir esa vida que es, básicamente, mentir y estar atento a las mentiras de los demás. Supongo que muchos nos habremos preguntado al ver obras de este género, ¿qué tipo de personas eligen un trabajo así? Y aunque sea algo superficialmente, esta película toca este tema. Por supuesto, intenta ser más realista que las obras de James Bond o Jason Bourne, aunque estas últimas sean más entretenidas, más ágiles, más complicadas en su trama.

La cinta fue filmada en Casablanca y otras locaciones de Marruecos, Alemania e Israel.

Se puede ver en Netflix.
. . . . . . . . . . . . . . .

Damascus Cover
Dirección: Daniel Zelik Berk
Guión: Daniel Zelik Berk y Samantha Newton, basados en una novela de Howard Kaplan
Fotografía: Chloë Thomson
Edición: Martin Brinkler              
Dirección de producción: Matthew Button
Dirección de arte: Rabia Nguadi
Música: Harry Escott
Con: Jonathan Rhys Meyers, Olivia Thirlby, Jürgen Prochnow, John Hurt, Navid Negahban, Igal Naor, y Aki Avni, entre muchos otros.
Género: Thriller, Espionaje, Misterio
País: Reino Unido
Idioma: Inglés, alemán, árabe
Año: 2017
Duración: 93 minutos