En el bosque
(Into the Woods, Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, 2014)
de Rob Marshall
Jesús Guerra
La cinta En el bosque está basada en la comedia musical
homónima de Stephen Sondheim y James Lapine estrenada en 1987 en Broadway, la
cual se ha reestrenado varias veces en escenarios de Nueva York (de hecho
también existen varias versiones cinematográficas que son relativamente
desconocidas debido a que fueron producciones de bajo presupuesto). Curiosamente
Hollywood ya había intentado levantar varias veces este proyecto, con grandes
nombres, pero por misterios de la Meca del Cine no ha sido sino hasta ahora que
Rob Marshall logró realizar la adaptación fílmica, gracias a que el proyecto le
interesó a los estudios Disney. Sin embargo, la intervención de Disney, según
he leído, si bien hizo posible llevar a cabo el proyecto también hizo que la
cinta cambiara un tanto el tono de algunos pasajes (la obra tiene un humor
negro más negro y sus connotaciones sexuales son más evidentes) y que eliminara
la muerte de algunos personajes. Así que para quienes no vimos la obra en los
escenarios, esta cinta es lo que hay, y es más que suficiente ya que en
términos generales está bastante bien.
El argumento mezcla personajes de muchos cuentos de hadas
tradicionales, como Caperucita Roja, Rapunzel, Cenicienta, el Lobo, la Bruja,
Jack el de los frijoles mágicos, no uno sino dos príncipes azules, unos
gigantes, y personajes genéricos como un panadero y su esposa. (La obra
musical, debido a esta mezcla de cuentos, se menciona como una de las fuentes
de inspiración de la famosísima Shreck.) Todos los personajes tienen
problemas al inicio de la historia, por lo tanto todos tienen deseos
específicos (exactamente igual que los espectadores). La madre de Jack (Tracey
Ullman) quiere que su hijo venda la vaca que tienen porque ya no da leche y no
tienen dinero; Jack (Daniel Huttlestone) quisiera conservar su vaca...
Caperucita (Lilla Crawford) quiere que su abuela enferma se cure, y quisiera
tener dinero para poder comprar todos los panes que se roba de la panadería
(aunque en realidad la panadera termina regalándoselos)... El panadero (James
Corden) y su esposa (Emily Blunt) quisieran poder tener un hijo, pues aunque lo
intentan, algo no funciona... Rapunzel (Makenzie Mauzy) quisiera poder salir de
la torre en la que su madre la tiene encerrada para protegerla de los males del
mundo, y poder tener una relación normal con su príncipe (Billy Magnusen)...
Cenicienta (Anna Kendrick) quisiera poder asistir al baile del otro príncipe
(Chris Pine), al que asistirán su madrastra (Christine Baranzki) y sus dos
hermanastras (Tammy Blanchard y Lucy Punch)... y la bruja (Meryl Streep),
porque la bruja también tiene sus deseos, ella quisiera no ser vieja ni fea...
Y en un estupendo número musical, cada uno de estos personaje expresa sus
deseos inmediatos. Sin embargo, hay que recordar la frase promocional de esta
película, pues ahí está el punto central de esta historia: «Ten cuidado con lo
que deseas».
La bruja es quien echa a andar la maquinaria dramática: llega a la
panadería y le explica al panadero y a su mujer que si no han podido tener
hijos se debe a la maldición que ella lanzó sobre el padre del panadero debido
a que éste le robo sus verduras en una ocasión, y entre los vegetales iban sus
frijoles mágicos (y de pasada les cuenta que se quedó con la hermanita del
panadero). Luego les hace una propuesta: si quieren que ella levante esa
maldición ellos deberán de conseguir para ella, en un máximo de tres noches
(pues a la tercera se verá una luna azul que sólo se ve cada 100 años y ése es
el momento propicio para el encantamiento, o en este caso el desencantamiento)
una capa tan roja como la sangre, una zapatilla tan dorada como el oro, una vaca
tan blanca como la leche y una cabellera tan rubia como el maíz. La bruja les
dice que todo eso lo conseguirán en el bosque.
Al mismo tiempo, Caperucita se prepara para entrar al bosque para
llegar a la casa de su abuela enferma y llevarle los panes que casi le robó a
los panaderos; y la madrastra de Cenicienta con sus hijas se prepara para
entrar al bosque para ir al palacio del príncipe; y la propia Cenicienta, luego
de que el fantasma de su madre sobrenaturalmente le regala un vestido
espectacular, se prepara para ir (en esta versión: a pie) al baile del
príncipe, etc. El asunto es que todos los personajes centrales están en el
bosque más o menos al mismo tiempo, y los cruces entre los deseos de unos y los
de otros van enredando las cosas. Particularmente interesante es el encuentro
entre Caperucita y el Lobo (maravillosamente interpretado por Johnny Depp).
La música es espectacular, sin duda, pero, en mi muy particular
opinión, está algo envejecida, muy encasillada en ese género de la obra musical
de Broadway, muy específica, y muy alejada de lo que sucede en otras áreas de
la música del planeta en nuestros días. No se trata de que no me guste, que
quede claro, sólo que me parece ya desfasada. Las letras de las canciones son
estupendas, llenas de juegos de palabras, dobles sentidos, y evidentemente
tienen un muy alto grado de dificultad para los cantantes. Curiosamente
tratándose de una comedia musical, en esta cinta no hay danza. Los personajes
actúan y cantan pero no bailan, aun así, por supuesto, hay una cierta
coreografía, que es el fuerte del realizador, Rob Marshall, pues él comenzó
como coreógrafo (como director ha hecho Annie (1999, para TV), Chicago
(2002), Memorias de una geisha (2005), Nine (2009), Piratas
del Caribe 4 (On Stranger Tides, 2011) y la que ahora comentamos.
Puede dirigir lo que sea, quizá, pero su fuerte o su corazón, como podemos ver
en su no muy extensa filmografía, está en los musicales.
En gustos se rompen géneros, eso está claro, pero la crítica más
generalizada que se le ha hecho a En el
bosque, con la que estoy de acuerdo, es en que hay un momento (la parte en
la que entra a escena el ama de casa gigante) en el que el ritmo de la película
se rompe y se vuelve lento. Esto quizá no sea culpa directa del realizador,
aunque en teoría él tendría que haber encontrado la solución a este problema
originado por el guión, a su vez originado por la obra musical: y es que la
historia parece llegar a su legítimo final (legítimo quizá por la fuerza de la
tradición), cuando irrumpe la gigante. Así que todos perdemos el ritmo, el
director, los actores, incluso la música (es la parte de la cinta con menos
canciones) y por supuesto nosotros los espectadores. A partir de aquí el film
parece arrastrarse, aunque es aquí en donde se encuentra uno de los números
musicales más impresionantes de la película: la despedida de la bruja, que es
verdaderamente estupendo.
Si bien todos los actores interpretan sus papeles y cantan sus
canciones más que adecuadamente, quienes sobresalen son Meryl Streep y Emily
Blunt. La música, a pesar de lo expresado anteriormente, es muy buena, y
visualmente la película es muy bella. Es evidente que para los fans de los musicales es obligado ver
esta cinta; para los demás espectadores me parece que deberían de ir aunque
sólo fuera por curiosidad; para hacer la prueba. Muchos se van a sorprender.
. . . . . . . . . . . . . . .
En el bosque (Into the Woods, 2014). Dirección: Rob
Marshall. Guión: James Lapine (basado en el musical de Stephen Sondheim
y James Lapin). Diseño de producción: Dennis Gassner. Fotografía:
Dion Beebe. Música: Stephen Sondheim. Con: Meryl Streep, Emily
Blunt, Anna Kendrick, Daniel Huttlestone, James Cordon, Lilla Crawford, Johnny
Depp, Chris Pine, Mackenzie Mauzy y Billy Magnussen, entre otros. Países:
Estados Unidos, Inglaterra y Canadá. 125 minutos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario