© Nostromo Pictures, Atresmedia Cine, Nadcon Film,
Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF), ARTE
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El guardián invisible
y
Legado en los huesos
(España-Alemania, 2017 y 2019)
de Fernando González Molina
Jesús Guerra
El
guardián invisible (2017) y Legado en
los huesos (2019) son las dos primeras adaptaciones de la exitosa Trilogía
del Baztán de la escritora española Dolores Redondo. Los nombres de las novelas
son los mismos de las adaptaciones fílmicas, y la tercera, Ofrenda a la
tormenta (2020) se estrenará en unas cuantas semanas más, en cines
españoles, y supongo que poco después en Netflix. Por lo pronto, las dos
primeras están ahora en el servicio de streaming. Las novelas (que no he leído,
aún) se han vendido bien y han sido traducidas a diversos idiomas, incluido el
inglés, lo cual es un logro.
En
El guardián invisible es encontrado el cadáver de una adolescente en un
río del Baztán (comunidad y municipio de Navarra, cuya capital es Pamplona). Le
encargan el caso a Amaia Salazar (Marta Etura), una investigadora nacida en
Elizondo, un pueblo de esa región, la cual estudió en el FBI, en donde aún
tiene a su mentor, un investigador que la considera su mejor alumna y la ayuda
con consejos cada vez que Amaia le llama para consultarlo. Amaia está casada
con un pintor y escultor estadounidense, James (Benn Northover). La región
tiene una gran cantidad de leyendas sobrenaturales de la cultura local y, desde
la Edad Media, una suerte de tradición relacionada con la brujería. La tía
Engrasi (Itziar Aizpuru), en cuya casa viven Amaia y su marido durante la
investigación, es una apasionada del tarot. Pronto descubren otro cadáver,
colocado por el asesino en la misma posición y con las mismas características
del primero y queda claro que se enfrentan a un asesino en serie.
Pero
Amaia tiene también problemas en al área familiar, pues tiene una relación
complicada con Flora (Elvira Mínguez), su hermana mayor, y una mucho peor con
su propia madre, la cual se encuentra recluida en un hospital psiquiátrico. La
cinta termina con el caso cerrado, pero quedan un par de elementos que
funcionan muy bien para enlazar con la continuación.
© Nostromo Pictures, Atresmedia Cine, Nadcon Film,
Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF), ARTE
Legado
en los huesos tiene un argumento
más complicado. Amaia, que está a punto de dar a luz, se encuentra en un
tribunal para escuchar el testimonio de un prisionero (relacionado con el caso
anterior), cuando le avisan que el hombre les pidió a sus guardas que lo
dejaran entrar al baño y se suicidó. Encuentran en la ropa del muerto un papel
con una sola palabra: «Tarttalo». Poco después, un prisionero en una cárcel
pide que le entreguen un mensaje a la investigadora Salazar. El mensaje tiene
las indicaciones para localizar el lugar en donde enterró el cadáver de su
esposa. Y la encuentran, pero extrañamente al cadáver le falta medio brazo. Y
luego encuentran a ese prisionero, muerto en su celda, y la palabra Tarttalo
escrita con su propia sangre. Con lo anterior, arranca otra investigación
envuelta en elementos sobrenaturales.
Las
dos cintas están bien. Son entretenidas, los argumentos son muy interesantes
(lo que indica que hay que leer las novelas), están muy bien ambientadas y la
fotografía es estupenda. Las actuaciones son buenas, en general, aunque algo
irregulares. Mi mayor problema es con la actriz principal, Marta Etura (que
interpreta a la investigadora Amaia Salazar), y no es porque no haga bien su trabajo,
sino que no le creo el papel, es decir, me parece que no le va. Se ve muy
frágil, y en los momentos en que se supone que debe ser dura y decidida,
simplemente no se lo creo. Para colmo (aunque no sé cómo se desarrollen esas
escenas en las novelas), en ciertos momentos muy específicos, Amaia comete
torpezas cuyos resultados deberían de estar justificadas de otra manera en las
dos historias y nos obliga a preguntarnos cuál es el problema, ¿el argumento,
la adaptación, el personaje, la actriz o el director?
Hay
escenas muy bien hechas; en la segunda película, por ejemplo, una tormenta hace
que el río que pasa a mitad del pueblo se desborde y lo inunde. Muy bien, muy
creíble, y además en un momento crucial del argumento. Sin embargo, en ambas
cintas, la investigación se da como a saltos. No nos muestran del todo el curso
de la averiguación. De repente, un policía llama y ya tiene la solución a una
duda, o ya localizaron a un sospechoso... todo se va resolviendo con demasiada
facilidad. Está claro que es muy difícil sintetizar y adaptar una novela
extensa, pero resulta que estamos en la época dorada de las series de
televisión. Yo hubiera preferido cuatro capítulos de una hora para cada novela
en lugar de esos saltos que le quitan tensión al argumento. Las cintas terminan
por ser algo planas, les falta algo de sentido del humor y tienen esa tendencia
tan española (y tan latinoamericana) a convertir el drama en melodrama, para lo
cual la música no ayuda para nada, y la canción de los créditos finales de Legado
en los huesos es verdaderamente horrenda.
¿Vale
la pena ver estas dos películas (y la tercera, cuyo estreno está a la vuelta de
la esquina)? Por supuesto, son interesantes y entretenidas, muy bonitas... pero
pudieron ser mucho mejores.
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El
guardián invisible / Legado en los huesos
Producción: Nostromo Pictures, Atresmedia Cine, Nadcon Film,
Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF), ARTE
Dirección: Fernando González Molina
Guion: Luiso Berdejo, basado en las novelas homónimas
de Dolores Redondo
Fotografía: Flavio Martínez Labiano (la primera); Xavi
Giménez (la segunda)
Edición: Verónica Callón
Dirección
de arte: Antón Laguna (la primera);
Serafín González (la segunda)
Música: Fernando Velázquez
Con: Marta Etura (Amaia Salazar), Elvira Mínguez
(Flora Salazar), Carlos Librado 'Nene' (Jonan Etxaide), Francesc Orella (Fermín
Montes), Itziar Aizpuru (Tía Engrasi) y Benn Northover (James Westford), entre
otros.
Género: Drama, policiaco, crimen, misterio, thriller
País:
España, Alemania
Idioma: Español, inglés y vasco
Año: 2017 / 2019
Duración:
129 minutos / 121 minutos
Están
en Netflix