Déjame
entrar
(Let
Me In,
2010)
Jesús
Guerra
Owen
(Kodi Smith-McPhee) es un niño solitario. Vive con su madre en un
edificio de departamentos de las zonas pobres de la ciudad (en Nuevo
México) y en la escuela sufre porque es asediado y golpeado con
frecuencia por un grupito de jóvenes mayores. Una noche, Owen
--entre sus entretenimientos se encuentra el de espiar a sus vecinos
con un telescopio que tiene en su recámara--, nota que se mudan al
edificio una niña y su padre. Otra noche, helada también, Owen sale
al oscuro patio central del edificio y se encuentra con la niña
(Chloë Grace Moretz), llamada Abby, la cual lo primero que le dice
es que no puede ser su amiga. Sin embargo, Owen y Abby se hacen
amigos, con cierta torpeza al principio, con limitaciones...
Por
una parte somos testigos de la tristona vida de Owen y su madre (a la
madre, interpretada por Cara Buono apenas la vemos), en su casa, y de
la vida escolar de Owen; por otra, vemos la patética vida del
«padre» de Abby (Richard Jenkins) y de ella misma, y, en tercer
lugar, vemos las investigaciones de la policía local,
específicamente del detective principal (Elias Koteas), que trata de
resolver una serie de sangrientos y extraños asesinatos.
No
pasa demasiado tiempo antes de que nos demos cuenta que el padre de
Abby no es en realidad su padre, y que él es el asesino que busca la
policía, pues debe de llevarle a la niña (que no es precisamente
una niña) el alimento que necesita: sangre humana. La palabra
vampiro
se menciona una sola vez en esta cinta, aterradora pero,
simultáneamente, triste y tierna. Lo aterrador funciona, además, en
varios sentidos, en esta historia que retoma el mito del vampiro y lo
aleja, por fortuna, de ese nuevo cliché de los vampiros glamorosos,
ricos, bellos, sexuales y enamorados. Abby es mostrada más como una
adicta... más aún, como la hija de una drogadicta, una niña nacida
con una adicción de la que no es responsable, una niña muy vieja
que no ha tenido más remedio que lidiar con sus problemas desde que
tiene memoria. Y lo hace de la mejor manera que puede. Su vida
transcurre en soledad, incluso en una soledad acompañada, en la
pobreza, en la suciedad, en la sangre, siempre en tránsito,
cambiándose de una ciudad a otra.
Déjame
entrar
(de 2010, con guión y dirección de Matt Reeves) es un remake
de la película sueca que en los Estados Unidos se llama Let
the Right One In
(y en sueco Låt
den rätte komma in),
de 2008, con guión de John Ajvide Lindqvist, basado en su propia
novela homónima, y con la dirección de Tomas Alfredson.
Matt
Reeves ha dirigido cortos, una comedia, capítulos de series de
televisión, y se volvió conocido cuando dirigió Cloverfield
(2008). En 2014 se estrenará su siguiente film como director: Dawn
of the Planet of the Apes.
La
película está bastante bien. Me gusta (y hay que agregar que soy
fan de dos de los actores de esta versión: Richard Jenkins y Elias
Koteas, y que me gustó mucho el trabajo de actuación tanto de Kodi
Smith-McPhee como de Chloë Grace Moretz).
Pero también está bastante bien y también me gusta la cinta sueca,
que tiene la ventaja de ser la original. ¿Para qué volver a
filmarla sólo dos años después? Soy de los que piensan que, en
principio, todo remake
es inútil si aún podemos ver la cinta original. Sin embargo hay
algunos remakes
que funcionan bien pasados algunos bueños años. ¿Pero refilmar una
obra sólo para que los norteamericanos no tengan que leer
subtítulos? Evidentemente es eso y hacer dinero al aprovechar la
fama de una cinta original pero hecha en otro país y en otro idioma
al rehacerla y quedarse con las ganancias. Esta película, Let
Me In,
por lo menos les ha quedado bien a los norteamericanos. Hay casos de
remakes
patéticos...
. . .
. . . . . . . . . . . .
Déjame
entrar
(Let
Me In; 2010).
Dirección
y Guión:
Matt Reeves. Fotografía:
Greig Fraser. Música:
Michael Giacchino. Edición:
Stan Salfas. Con:
Kodi
Smith-McPhee, Chloë Grace-Moretz, Elias Koteas y Richard Jenkins,
entre otros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario