martes, 22 de marzo de 2016

Un hombre irracional, de Woody Allen





Un hombre irracional
(Irrational Man, EEUU, 2015)
de Woody Allen

Jesús Guerra

Abe (Joaquin Phoenix), nuevo profesor de Filosofía, llega a una universidad del este de los Estados Unidos. Tiene fama de mujeriego, problemático y alcohólico, y al parecer todo es cierto. Tan pronto llega, dos mujeres se interesan por él: Rita (Parker Posey), la esposa de otro profesor del campus, aburrida de la vida que lleva en ese pueblo tranquilo y de su matrimonio, y Jill (Emma Stone), una de las alumnas de Abe, aburrida también de la muy convencional relación con su muy convencional novio (Jamie Blackley). Para ambas mujeres, Abe es nuevo y excitante. La relación con Jill se mantiene como una buena amistad maestro-alumna, y aunque Rita se convierte en amante de Abe, la relación no es particularmente intensa ni frecuente.




Lo que sucede es que Abe está deprimido. De joven creyó que podría hacer algo para cambiar al mundo, pero está en la edad en la que se ha dado cuenta que no hay nada que pueda hacer para lograrlo, y la filosofía no le ha ayudado a encontrar el sentido de la vida, ni siquiera el de la suya. No puede (o simplemente no tiene el ánimo de) escribir el libro en el que ha estado trabajando desde hace tiempo. Está aburrido y desencantado. Hasta que una tarde, en un café con Jill, escucha una conversación de las personas que están en la mesa vecina. Y esa conversación lo inspira para actuar y, por lo tanto, cambiar su vida. Repentinamente está lleno de energía y ve el mundo con otros ojos. Y en efecto, su vida cambia.




A mí me parece que Woody Allen es un genio, pero por algún motivo no siempre puede expresar su genialidad en las películas que escribe y realiza. En muchos casos entrevemos lo genial como si estuviera detrás de la película que vemos, podemos percibir la idea genial tras los velos de la obra real. Quizá sea así porque Allen tiene un estilo muy definido, en el cual, los espectadores que gustamos de sus obras, nos sentimos cómodos. No es un autor para todos los gustos. De hecho, la obra de Woody Allen es mucho mejor apreciada en Europa que en su propio país.




Hubo una época en que él mismo era el mejor intérprete de sus personajes centrales masculinos. Quizá porque estos son un alter ego del guionista-director. Esas películas son las mejores de su filmografía. A partir de un cierto momento, cuando ya fue muy grande para interpretar a su alter ego, los actores contratados han tenido que imitar al Woody Allen actor o bien encontrar una manera diferente de encarnar a estos personajes y que sigan funcionando de manera adecuada. Quizá el propio Allen haya tenido que aprender a escribir estos papeles alejándolos un poco de ese modelo anterior. Aquí, Joaquin Phoenix interpreta de una manera muy personal a un antihéroe alleniano, y funciona bien porque incluso así reconocemos al alter ego de Allen, ese personaje que salta de una película a otra, aunque hay que reconocer que hay filmes en los que no está presente.




La filmografía de Woody Allen puede dividirse, de manera muy general, en tres etapas: las películas de aprendizaje (muy locas y muy divertidas, que van de What's Up, Tiger Lily? [1968] a Sleeper [1973]), las grandes obras (en donde está todo su genio tanto en la escritura como en la dirección y en la actuación, y en donde hay algunas obras que son verdaderas obras maestras, que va de Love and Death [1975] hasta Husbands and Wives [1992], y luego una larga tercera etapa entre experimental y contenida, con marcados altibajos, algunas obras buenas y otras claramente fallidas. En esta etapa hay varios períodos, uno de ellos es el período europeo de Woody Allen (esta tercera etapa va desde Manhattan Murder Mystery [1993] hasta la más reciente, que ahora comentamos), pero casi todas las cintas de este período son lo que se conoce como «obras menores».




Un hombre irracional (que ha llegado a México con un retraso enorme: se estrenó aquí el 18 de marzo pasado, pero fuera de Serbia, Chile y México, en todas partes se estrenó en 2015, luego de su estreno en Cannes en mayo de 2015), es una obra de tesis, muy esquemática. Correctamente realizada, por supuesto, pero esquemática. Reducida al mínimo necesario de todo. Es clara, inteligente, simpática, pero eso es todo. Es complicado incluso colocarla en un género. Se supone que es una comedia dramática con elementos de misterio. Pero no es suficientemente cómica para ser una comedia, ni suficientemente dramática para ser un drama, ni suficientemente misteriosa para ser un thriller. Es como un cuento muy correcto creado para ejemplificar un aspecto de un alegato filosófico, aunque sin inspiración y sin adornos. La música, como siempre en el caso de Woody Allen, es estupenda… Y si bien al salir del cine uno se siente nostálgico de los tiempos de Zelig o de The Purple Rose of Cairo, también salimos agradecidos de que aún podemos ver una cinta de Woody Allen. Dentro de pronto, me temo, eso ya no será posible y va a ser muy triste, como triste es que ya no podemos ver nuevas películas de Federico Fellini o de Alfred Hitchcock.




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Un hombre irracional (Irrational Man)
Dirección: Woody Allen
Guión: Woody Allen
Fotografía: Darius Khondji
Edición: Alisa Lepselter
Dirección de arte: Carl Sprague
Con: Joaquin Phoenix, Emma Stone y Parker Posey, entre otros
Género: Drama / Misterio / Comedia
País: EEUU
Año: 2015

Duración: 95 minutos


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