Trilogía sucia de La Habana
de Pedro Juan Gutiérrez
Jesús Guerra
Pedro Juan Gutiérrez es un escritor cubano que se ha vuelto
imprescindible, por lo menos algunos de sus libros lo son. Un escritor
francamente interesante que goza de un estatus envidiable de autor de culto, y
no sólo en su país, no sólo en América Latina, sino también en Europa y no sé
en cuántas otras regiones del planeta.
Pedro Juan Gutiérrez nació en la ciudad de Matanzas, Cuba, en el
año de 1950. Luego de un servicio militar de cuatro años (de 1966 a 1970), tuvo
una variedad de trabajos, fue «obrero agrícola y de la construcción, soldado
(zapador especialista en demoliciones), profesor de dibujo técnico, dirigente
sindical, constructor, locutor, periodista y actor de radio, entre otros
oficios. En 1978 obtuvo el título de Licenciado en Periodismo por la
Universidad de La Habana, mediante un curso especial para trabajadores. Recibía
clases únicamente los miércoles y el resto de la semana estudiaba solo». (Los
entrecomillados provienen del sitio de internet del autor: http://pedrojuangutierrez.com/)
«“Lo único que quiero en la vida es ser escritor”, se dijo muchas
veces a sí mismo, hasta que la frase se le grabó en la mente. “Quiero escribir
de un modo tan natural que no parezca literatura”. Quizás por eso jamás se
acercó a grupos de escritores ni estudió literatura. No quería contaminarse con
ideas ajenas. “Tengo que tener muchas mujeres, viajar todo lo que pueda y
conocer todo tipo de gente”. El periodismo lo ayudó mucho en esto último». Como
periodista trabajó en radio, televisión, una agencia noticiosa y en la revista Bohemia.
En la década de los 80 realizó diversas investigaciones en su país,
así como en Brasil, en la frontera entre Estados Unidos y México y en el sur de
España, y los reportajes resultantes le hicieron ganar algunos premios
nacionales. Visitó también la Unión Soviética y Alemania Oriental, y en 1987
publicó un libro sobre astronáutica, Vivir
en el espacio. «En esa década comenzó a escribir Melancolía de los leones,
libro que le llevó unos trece años de elaboración y que de algún modo es un
pequeño homenaje a Franz Kafka y Julio Cortázar, sus dos escritores de culto».
Dice en su sitio que «se dedicó con paciencia, disciplina y rigor
a aprender a escribir. Fue una búsqueda a ciegas. No conocía el camino. No
sabía exactamente qué buscaba ni hacia dónde iba», que escribía poemas y
cuentos, los retrabajaba de manera obsesiva y luego los guardaba, y que aún
conserva en su casa «miles de poemas, cientos de cuentos y dos novelas, todos
inéditos. A veces relee algunas páginas, se ríe de sí mismo y comprende que
aprender a escribir de un modo medianamente aceptable le llevó más de treinta
años».
Pedro Juan Gutiérrez también es artista plástico. Desde la década
de los ochenta experimenta con la poesía visual, y ha expuesto obras suyas en
más de 20 países. Como pintor trabaja en la línea del «abstraccionismo
matérico». «Sus obras se encuentran en colecciones privadas de unos quince
países, entre ellos Suecia, Alemania, España, Estados Unidos, México, Argentina
y Brasil».
Edición en inglés |
A fines de los años 90, envió a una editorial cubana un libro
suyo, o una trilogía, pues el volumen estaba compuesto de tres breves libros de
relatos. Pero en la editorial se asustaron con el realismo del libro, un
realismo que, además, podía ser peligroso en términos políticos, y le dijeron
que no lo iban a publicar y se lo regresaron. El libro, por fortuna, terminó en
la editorial española Anagrama, la cual lo publicó en 1998 con el título Trilogía
sucia de La Habana. En su sitio de internet dice: «El éxito de crítica y
público fue instantáneo. El 11 de enero de 1999, sin explicaciones, la revista Bohemia
prescindió de los servicios de Pedro Juan Gutiérrez».
«De esa forma concluía una larga etapa de veintiséis años como
periodista. Un amigo que lo vio preocupado le dijo: “Alégrate. Lo que pasa
conviene. Ahora tienes todo el tiempo para escribir”. Y eso hizo. Entre 1998 y
2003 publicó los cinco libros del Ciclo
de Centro Habana, escribió tres libros de poesía y una novela policial.
Dos de sus libros han obtenido reconocimientos relevantes: Animal tropical,
el premio español Alfonso García-Ramos de Novela 2000, y Carne de perro,
el premio italiano Narrativa Sur del Mundo, de 2003. Ahora se dedica sólo a pintar
y escribir. Sigue viviendo en Centro Habana y se acerca lentamente a la
serenidad. [...]»
Pedro Juan Gutiérrez tiene dos libros de no ficción, libros de
poesía y novelas. Las más famosas son las cinco que componen el Ciclo de Centro
Habana:
1. Trilogía
sucia de La Habana
2. El rey
de La Habana
3. Animal
tropical
4. El
insaciable hombre araña
5. Carne
de perro.
Edición en portugués (de Brasil) |
Tiene también los siguientes libros:
* El nido
de la serpiente: Memorias del hijo del heladero
* Nuestro
GG en La Habana (novela policiaca)
* Fabián
y el caos
*
Melancolía de los leones
* Cuentos
de La Habana Vieja
*
Diálogos con mi sombra
Tiene otros libros que están sólo publicados en Cuba. Los otros
mencionados están casi todos publicados por la editorial española Anagrama, así
que son relativamente fáciles de conseguir en México.
La Trilogía sucia de La Habana, como apunté más arriba, fue
publicado originalmente en 1998, y ha seguido reimprimiéndose debido a su
éxito. El volumen está formado por tres libros de relatos que tienen los siguientes
títulos: «Anclado en tierra de nadie», «Nada que hacer» y «Sabor a mí». El
primero consta de 22 relatos, el segundo de 18, y el tercero de 20, que dan un
total de 60 relatos, algunos de dos páginas, los más largos de alrededor de
ocho, que se dejan leer con asombrosa rapidez. La estructura del libro es
interesante porque si bien es cierto que se trata de relatos independientes, al
mismo tiempo funcionan como partes de una novela fragmentaria. Algunos de los
relatos hacen referencia a otros, por lo menos de ciertos detalles, de algunos
personajes, de anécdotas que se ramifican.
Edición francesa |
El personaje central, que es el narrador de casi todos los
relatos, se llama Pedro Juan. Es, obviamente, un alter ego del autor. Es y no
es el autor, simultáneamente. PJG ha dicho en entrevistas que fue un acto muy
consciente de su parte el tratar de confundir al lector, de borrar los límites
entre la realidad y la ficción. De lo que no cabe duda es de que una buena
parte del libro es «real». El autor ha dicho también que durante tres años
escribió estos relatos casi como si fueran un diario. Le sucedían cosas, se
enteraba de otras y las escribía. Aunque claro, las anécdotas en sí mismas
fueron alteradas de manera literaria.
Cuando el libro salió a la venta en España, se dijo (y de hecho se
sigue diciendo) que Pedro Juan Gutiérrez era una especie de Bukowski caribeño,
o de un Henry Miller habanero. Hasta donde entiendo, el autor cubano no había
leído a ninguno de los dos escritores, o por lo menos a Bukowsi, cuando
escribió su libro, el primero del Ciclo de Centro Habana. Desde entonces se le
quedó la fama, aunque Pedro Juan Gutiérrez se la ha pasado aclarando que él no
es como Bukowski, aunque admira su obra, ahora que ya la ha leído. El Pedro
Juan de la ficción es mujeriego, borracho, grosero. Es también un tipo muy
divertido, muy pragmático y muy desencantado de la vida en Cuba, aunque nunca
ha pensado en irse a vivir a otra parte. El autor ha dicho que dentro de él hay
en realidad muchos Pedritos que habitan fragmentos diferentes de su obra.
Algunos son más oscuros que otros. Pero ninguno es él del todo, aunque por
supuesto todos son parte de él.
Edición en alemán |
La intención de Pedro Juan Gutiérrez ha sido siempre —lo cité más
arriba— la de escribir de manera tan natural que lo que escribe no parezca
literatura. Por eso, también, por naturalidad, hay tanto sexo en sus relatos,
porque las relaciones sexuales forman parte de la vida, y por tanto de los
fragmentos de vida que narra, aunque esas escenas, o por lo menos algunas de
ellas, no tengan necesariamente una intención erótica. El narrador por lo
general no se regodea en el sexo, simplemente no le saca la vuelta. Y es que,
en realidad, no le saca la vuelta a nada. Su visión de la vida en La Habana de
los años 90, quizás el período más crítico desde el punto de vista económico en
Cuba, debido al derrumbe del bloque soviético, es impresionante. Pero tampoco
nos lo cuenta de manera patética ni fatalista. Nos cuenta las cosas como son,
en este caso como eran en ese momento. Y aunque algunas situaciones y algunos
ambientes son aterradores, el libro es de una vitalidad sorprendente y admirable.
Su prosa está hecha con frases cortas. Va directo a lo que tiene
que decir. Recrea muy bien los ambientes, pero no como paisaje, sino que todo
forma parte de la acción y de la reflexión del personaje central. Sus relatos
son contundentes. Y aunque a veces nos deja con los ojos abiertos por aquello
que nos relata, su sentido del humor prevalece. No sólo es una manera de narrar,
es también una manera de vivir. Él ha dicho que la música, el baile, la fiesta,
el sexo y el ron, son parte esencial de los cubanos, y han sido responsables de
haberles permitido superar etapas terribles de desesperación, miseria y hambre.
Aquí se encuentra todo eso.
Al autor no le gustan las etiquetas. Así como niega ser como
Bukowski, tampoco le gusta que a su literatura le pongan el sello de «realismo
sucio» (como el del propio Bukowski y otros autores). Él dice que el realismo
es realismo y punto. Sin embargo, entiende perfectamente que los marbetes
ayudan a promocionar a un autor y a una obra, sobre todo si son, como lo era él
a finales del siglo XX, unos completos desconocidos.
El asunto es que la (ahora famosa) Trilogía sucia de La Habana
gustó cuando salió en España y en Hispanoamérica, y ha gustado en los países a
cuyas lenguas se ha traducido (que son muchos), entre ellos: Alemania, Italia,
Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Portugal, Brasil, Holanda,
Bulgaria, Eslovaquia, Israel, Croacia, Polonia, Noruega, Finlandia, Grecia,
Rumania, y quizás otros más. Y sigue gustando, la prueba es que yo la
recomiendo ahora, 18 años después de que se publicó por primera vez.
La Trilogía sucia de La Habana, como en general toda la
obra de Pedro Juan Gutiérrez, admite muchas lecturas y relecturas. Una lectura
política, una económica, una sociológica, una antropológica, psicológica,
lingüística, erótica, sexual, y otras tal vez. Eso quizá dependa más del lector
que del autor. Todo eso está ahí, pero yo los invito más que nada a hacer una
lectura literaria, no en el sentido de que se pongan a hacer un sesudo análisis
del texto (aunque por supuesto el libro invita a hacerlo), sino simplemente a
que lo lean y lo disfruten. Pedro Juan Gutiérrez es un estupendo escritor y su
obra, para quienes nos gusta, se convierte en una verdadera adicción. Eso sí,
sus libros no son para puritanos.
. . . . .
Les dejo aquí la liga a una estupenda charla con el autor, en
video, a cargo de Raúl Verduzco, en Monterrey, Nuevo León, en el marco de la
Cátedra Alfonso Reyes, de noviembre de 2014: https://www.youtube.com/watch?v=OhzMr8vLOjw
Y aquí la liga de su blog: http://pedrojuangutierrez.blogspot.mx/
. . . . . . . . . . . . . . .
Trilogía sucia de La Habana. Pedro Juan Gutiérrez. Editorial
Anagrama (está en las colecciones Narrativas Hispánicas y Compactos, y también
en edición digital). 368 págs.
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