lunes, 1 de febrero de 2016

Las otras vidas, de Antonio Muñoz Molina






Las otras vidas
de Antonio Muñoz Molina

Jesús Guerra

Las otras vidas, del escritor español Antonio Muñoz Molina*, es un pequeño volumen de 130 páginas que reúne cuatro relatos bellísimamente editados por la editorial Mondadori en su colección Rectángulo.

«Las otras vidas» es el relato que abre el tomito. Un grupo de personas, relacionadas con la regencia de salas de concierto en Sudamérica y Europa, quienes han sucumbido a los encantos de los pianos de cola Fujisutmi & Sons, se encuentran reunidos en un viaje full credit (a cargo de la compañía japonesa) por el norte de África, en los «mejores hoteles». Todos desprecian al joven afinador y técnico de sonido por ser completamente diferente a ellos. Es huraño, sucio, viste como clochard y se pasó el viaje fumando, bebiendo y sin atender las rutas turísticas que todos los demás viajeros seguían religiosamente. Su nombre: Armando Cadafells.

Las soleadas mañanas se empleaban en actividades turísticas; las tardes y las noches, en reponer las energías, conversar, contar anécdotas. Todos admiraban a Milton Oliveira, pues sabían que era uno de los mejores pianistas del mundo. Sin embargo, todos ellos habían tenido experiencias desagradables con él, «un artista», decían, como si la palabra lo explicara todo. Y es que Oliveira se comportaba como «una diva». Era caprichoso y se negaba a tocar si alguna pequeñez lo molestaba.

El narrador de este relato es un mediocre hombrecito, consciente de su falta de valor (en ambos sentidos). Una noche, sin embargo, se emborracha con Cadafells y la novia de éste («una joven sucia y melenuda que poseía una peculiar habilidad para exhibir unas bragas azules»), y ese incidente «secreto» permite que el afinador y la chica tengan un cierto acercamiento con este hombre (quien en verdad se muere de la vergüenza por el incidente). Una noche, el narrador se enoja con su esposa (o mejor dicho, ella con él); entonces, Cadafells toca su puerta. Lo invita a platicar. El narrador no se puede zafar, por más que eso es lo que quiere, y, casi sin darse cuenta, de pronto ya está en un taxi rumbo a alguno de los barecitos de la ciudad en la que se encuentra el barco, dialogando acerca del azar con el afinador. Cadafells lo lleva a un antrucho en el cual el narrador se lleva la sorpresa de su vida. Quien toca el piano es Milton Oliveira.

El relato, espléndidamente narrado aunque centrado en el azar —tema tan caro a Julio Cortázar—, nos habla también de la nostalgia, de la costumbre de vivir en matrimonio, de las tristezas de la mediocridad autoconsciente, de la incomprensión del ser humano (los prejuicios, por ejemplo), y también, de pasadita, de la «magia» (por supuesto entre comillas) de las pequeñas aventuras no buscadas (pero tampoco rehuidas) y mucho, de manera contextual, del mundo como un lugar hecho, formado por reglas incuestionables…
«—¿Cree usted en el azar? —me dijo sin previo aviso Cadafells.
—Claro que sí —le contesté—. Actúa siempre en contra mía.»

«El cuarto del fantasma» es un simpático relato de aire provinciano en el que un narrador interno —como en los clásicos cuentos de terror— cuenta una anécdota extraña, en tanto que el narrador del relato que el lector lee nos habla no sólo de sus pensamientos sino también de los incidentes de una tertulia. Es una especie de ejercicio de estilo muy bien logrado.

El tercer relato de este volumen lleva por nombre «La colina de los sacrificios». Está narrado sin nombres, con una especie de necesidad de anonimato, de lejanía —a pesar de la cercanía testimonial que nos proporcionan las certeras descripciones, a medio camino entre lo literario y lo cinematográfico— que acentúa la sensación de observar la desgracia ajena.

Las comparaciones y metáforas son frías y húmedas; las escenas se desarrollan bajo la lluvia otoñal en una casa abandonada durante 15 años, mohosa y polvorienta; en la sala de interrogatorios de la policía, durante la madrugada; en un terreno baldío bajo la lluvia; en una gasolinera solitaria…

Si las descripciones son terribles es por realistas, porque nos descubren la soledad, la polvosa existencia sin expectativas de los personajes (y de un montón de gente representada por ellos). Es el argumento el encargado de mostrarnos algo de fantasía y eso gracias al azar, no porque no sea realista. Es otro ejercicio de estilo, enfocado ahora hacia el thriller psicológico, un relato que nos recuerda las historias de Patricia Highsmith.

«Te golpearé sin cólera» es el título del cuarto y último relato de este volumen. Toma su nombre de un verso de Baudelaire y es también una historia policiaca, aunque, quizá, más cercana a Boris Vian que a Raymond Chandler. Es la búsqueda de un pintor que firma sus cuadros con las iniciales J.V. y que pinta obras que parecen enloquecer y/u obsesionar a quienes las miran. El carácter paródico y de «homenaje» se ve claramente en la escena donde el detective contratado para el caso —y narrador del relato, evidentemente— llega al Hell’s Bar y en él se topa con una fauna verdaderamente de antología: «De vez en cuando me he emborrachado con Bill Faulkner, y siempre sé dónde encontrarlo». Más adelante: «Muy cerca de él, Ray Chandler bebe el gimlet del sueño eterno». Luego: «En Hell’s bebe ginebra cruda Malcom Lowry, y en un rincón del fondo, demolido por el ajenjo, Paul Verlaine hace vagos gestos en el aire […]».

Sobre el lugar nos dice: «Hell’s es uno de los bares menos recomendables de este mundo y del otro. Se llega a él bajando una sucia escalera de cemento, y en la entrada, sobre la cortina de tiempo con caligrafía de retrete: Lasciate ogni speranza, voi che entrate».

En una pequeña introducción al libro, el autor comienza por confesarnos que los cuatro relatos fueros escritos porque se los pidieron: «El relato es un género al que le sienta muy bien el trabajo de encargo»; y nos cuenta la historia editorial de cada uno. El más interesante (porque además lo ilumina) es el origen del cuarto texto («Te golpearé sin cólera»), el cual, nos dice Muñoz Molina, «lo escribí en 1983 para el catálogo de una exposición del pintor Juan Vida. Los cuadros que cito y describo en el relato existen de verdad, y la trama la inventé expresamente para ellos».

La lectura de Las otras vidas deja una deliciosa sensación de placer, la sensación que debe dejar, precisamente, la literatura. Son varias las virtudes de estos relatos (buena factura, ingeniosos, dicen más de lo que cuentan), y la brevedad no es la más breve de ellas. Salud.

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* Esta reseña fue escrita (y publicada en un medio impreso de Coahuila) aproximadamente en 1992.

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El autor:
Antonio Muñoz Molina nació en Úbeda, Jaén, el 10 de enero de 1956; es escritor y académico de número de la Real Academia Española. En el año 2013 ganó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Entre sus obras se encuentran:

Novelas: Beatus Ille (1986, Seix Barral), El invierno en Lisboa (1987, Seix Barral), Beltenebros (1989, Seix Barral), El jinete polaco (1991, Planeta), Los misterios de Madrid (1992, Seix Barral), El dueño del secreto (1994, Seix Barral), Ardor guerrero (1995, Alfaguara), Plenilunio (1997, Alfaguara), Carlota Fainberg (1999, Alfaguara), En ausencia de Blanca (2001, Alfaguara), Sefarad (2001, Alfaguara; 2013, Cátedra), El viento de la Luna (2006, Seix Barral), La noche de los tiempos (2009, Seix Barral), Como la sombra que se va (2014, Seix Barral).

Libros de cuentos y relatos: Las otras vidas (1988, Mondadori), Nada del otro mundo (1993, Espasa Calpe).

Libros de ensayos: Córdoba de los Omeyas (1991, Planeta); La verdad de la ficción (1992, Renacimiento), Pura alegría (1998, Alfaguara), José Guerrero. El artista que vuelve (2001, Diputación Provincial de Granada), El atrevimiento de mirar (2012, Galaxia Gutenberg), Todo lo que era sólido (2013, Seix Barral).

Diarios: Ventanas de Manhattan (2004, Seix Barral) y Días de diario (2007, Seix Barral).

Libros con recopilaciones de artículos: El Robinson urbano (1984, Silene Fábula), Diario del Nautilus (1986, Diputación Provincial de Granada; 1989, Mondadori), Las apariencias (1995, Santillana), La huerta del Edén: escritos y diatribas sobre Andalucía (1996, Ollero y Ramos), Unas gafas de Pla (2000) y La vida por delante (2002).

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Las otras vidas. Antonio Muñoz Molina. Editorial Mondadori. Colección Rectángulo. Madrid, España, 1988. 130 págs. 

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