Un hombre irracional
(Irrational Man, EEUU, 2015)
de Woody Allen
Jesús Guerra
Abe (Joaquin Phoenix), nuevo profesor de Filosofía, llega a una
universidad del este de los Estados Unidos. Tiene fama de mujeriego,
problemático y alcohólico, y al parecer todo es cierto. Tan pronto llega, dos
mujeres se interesan por él: Rita (Parker Posey), la esposa de otro profesor
del campus, aburrida de la vida que lleva en ese pueblo tranquilo y de su
matrimonio, y Jill (Emma Stone), una de las alumnas de Abe, aburrida también de
la muy convencional relación con su muy convencional novio (Jamie Blackley).
Para ambas mujeres, Abe es nuevo y excitante. La relación con Jill se mantiene
como una buena amistad maestro-alumna, y aunque Rita se convierte en amante de
Abe, la relación no es particularmente intensa ni frecuente.
Lo que sucede es que Abe está deprimido. De joven creyó que podría
hacer algo para cambiar al mundo, pero está en la edad en la que se ha dado
cuenta que no hay nada que pueda hacer para lograrlo, y la filosofía no le ha
ayudado a encontrar el sentido de la vida, ni siquiera el de la suya. No puede
(o simplemente no tiene el ánimo de) escribir el libro en el que ha estado
trabajando desde hace tiempo. Está aburrido y desencantado. Hasta que una
tarde, en un café con Jill, escucha una conversación de las personas que están
en la mesa vecina. Y esa conversación lo inspira para actuar y, por lo tanto,
cambiar su vida. Repentinamente está lleno de energía y ve el mundo con otros
ojos. Y en efecto, su vida cambia.
A mí me parece que Woody Allen es un genio, pero por algún motivo
no siempre puede expresar su genialidad en las películas que escribe y realiza.
En muchos casos entrevemos lo genial como si estuviera detrás de la película
que vemos, podemos percibir la idea genial tras los velos de la obra real.
Quizá sea así porque Allen tiene un estilo muy definido, en el cual, los
espectadores que gustamos de sus obras, nos sentimos cómodos. No es un autor
para todos los gustos. De hecho, la obra de Woody Allen es mucho mejor
apreciada en Europa que en su propio país.
Hubo una época en que él mismo era el mejor intérprete de sus
personajes centrales masculinos. Quizá porque estos son un alter ego del
guionista-director. Esas películas son las mejores de su filmografía. A partir
de un cierto momento, cuando ya fue muy grande para interpretar a su alter ego,
los actores contratados han tenido que imitar al Woody Allen actor o bien
encontrar una manera diferente de encarnar a estos personajes y que sigan
funcionando de manera adecuada. Quizá el propio Allen haya tenido que aprender
a escribir estos papeles alejándolos un poco de ese modelo anterior. Aquí,
Joaquin Phoenix interpreta de una manera muy personal a un antihéroe alleniano,
y funciona bien porque incluso así reconocemos al alter ego de Allen, ese
personaje que salta de una película a otra, aunque hay que reconocer que hay
filmes en los que no está presente.
La filmografía de Woody Allen puede dividirse, de manera muy
general, en tres etapas: las películas de aprendizaje (muy locas y muy
divertidas, que van de What's Up, Tiger
Lily? [1968] a Sleeper [1973]),
las grandes obras (en donde está todo su genio tanto en la escritura como en la
dirección y en la actuación, y en donde hay algunas obras que son verdaderas
obras maestras, que va de Love and Death
[1975] hasta Husbands and Wives
[1992], y luego una larga tercera etapa entre experimental y contenida, con
marcados altibajos, algunas obras buenas y otras claramente fallidas. En esta
etapa hay varios períodos, uno de ellos es el período europeo de Woody Allen
(esta tercera etapa va desde Manhattan
Murder Mystery [1993] hasta la más reciente, que ahora comentamos), pero
casi todas las cintas de este período son lo que se conoce como «obras
menores».
Un hombre irracional (que ha llegado a México con un
retraso enorme: se estrenó aquí el 18 de marzo pasado, pero fuera de Serbia,
Chile y México, en todas partes se estrenó en 2015, luego de su estreno en
Cannes en mayo de 2015), es una obra de tesis, muy esquemática. Correctamente
realizada, por supuesto, pero esquemática. Reducida al mínimo necesario de
todo. Es clara, inteligente, simpática, pero eso es todo. Es complicado incluso
colocarla en un género. Se supone que es una comedia dramática con elementos de
misterio. Pero no es suficientemente cómica para ser una comedia, ni
suficientemente dramática para ser un drama, ni suficientemente misteriosa para
ser un thriller. Es como un cuento
muy correcto creado para ejemplificar un aspecto de un alegato filosófico,
aunque sin inspiración y sin adornos. La música, como siempre en el caso de Woody
Allen, es estupenda… Y si bien al salir del cine uno se siente nostálgico de
los tiempos de Zelig o de The Purple Rose of Cairo, también salimos
agradecidos de que aún podemos ver una cinta de Woody Allen. Dentro de pronto,
me temo, eso ya no será posible y va a ser muy triste, como triste es que ya no
podemos ver nuevas películas de Federico Fellini o de Alfred Hitchcock.
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Un hombre irracional (Irrational Man)
Dirección:
Woody Allen
Guión: Woody
Allen
Fotografía:
Darius Khondji
Edición: Alisa
Lepselter
Dirección de arte: Carl Sprague
Con: Joaquin
Phoenix, Emma Stone y Parker Posey, entre otros
Género: Drama /
Misterio / Comedia
País: EEUU
Año: 2015
Duración: 95 minutos