lunes, 9 de diciembre de 2013

Los juegos del hambre (II): En llamas, de Francis Lawrence





Los juegos del hambre (II): En llamas


Jesús Guerra

El párrafo introductorio de mi reseña de la cinta anterior de esta trilogía sigue siendo válida para ésta: «Cuando vi por primera vez en librerías el volumen Los juegos del hambre, de Suzanne Collins, y leí la contraportada, me pareció que la premisa era idiota (una sociedad en la que se pone a pelear a muerte a jóvenes para el entretenimiento televisivo de un país), y no lo compré. Y sigo sin leerlo (aunque después de ver la película —a pesar de que la idea central me sigue pareciendo idiota—, me doy cuenta que hay algunos elementos de crítica social interesantes para una saga destinada a los lectores jóvenes, así que lo leeré pronto). Sin embargo, escribir la reseña de una película basada en un libro sin haberlo leído es bueno para la percepción de la película, aunque quizá no para la percepción del argumento de la obra original». En efecto, sigo sin leer los libros, pero por lo menos sigo con ganas de leerlos...

Este segundo film de la trilogía inicia en el punto en donde terminó la primera, pero aproximadamente un año después. Katniss (Jennifer Lawrence) y Peeta (Josh Hutcherson), se encuentran en su pueblo del Distrito 12 luego de ganar los Juegos del Hambre número 74, pero están a punto de iniciar el Tour de la Victoria por los demás distritos de Panem. Ya comienzan las entrevistas a los dos, que deben seguir con el juego de su apasionada historia de amor para el placer de los seguidores del reality show. Sin embargo, sabemos que el presidente Snow (Donald Sutherland) no está nada satisfecho con el resultado de dichos juegos, pues los organizadores (el gobierno mismo) se vieron en la necesidad de hacer una  excepción y tener dos ganadores, debido a que Katniss y Peeta estaban dispuestos a suicidarse para «no tener que separarse». Esto complació a los televidentes pero disgustó al presidente del país, quien se dio cuenta del poder simbólico que ese gesto les había dado a los jóvenes, y sobre todo a Katniss, frente a las masas miserables y a punto de rebelarse. Así que Snow tiene a bien hacer acto de presencia en el Distrito 12 para entrevistarse personalmente con Katniss y negociar con ella (léase: amenazarla).  Le pide que cumpla con todo como debe de ser, que no haga más gestos subversivos, y que intente no sólo convencer al país de que su relación amorosa con Peeta es real, sino que lo convenza a él (Snow), si no quiere Katniss ser la causante de las represalias del gobierno en contra de su familia y su Distrito.

La chica, por supuesto, está dispuesta a obedecer, y una buena parte del tour se la pasa en calidad de zombi, hasta que los acontecimientos mismos comienzan a orillarla a actuar de otra manera. El nivel de violencia de esa sociedad del futuro en la que sucede esta historia es más evidente en esta cinta, y las fuentes de inspiración siguen siendo la Roma imperial y el Tercer Reich. Para los espectadores queda claro casi desde el inicio que la revuelta general es inminente.

En algún momento de la cinta comprendemos que el director de los juegos anteriores fue eliminado por Snow, y conocemos a su sucesor: Plutarch Heavensbee (el estupendo Philip Seymour-Hoffman), mano derecha de Snow y al parecer tan maquiavélico con éste. La primer jugada de este nuevo dúo dinámico del mal es crear unos juegos diferentes para celebrar el año 75 desde la pacificación de la insurrección (misma que dio origen a los Juegos del Hambre): en este año los participantes deberán de ser elegidos de entre los ganadores de los juegos anteriores, lo cual por supuesto es absurdo: una de las participantes es una mujer de unos 70 años. Y, por supuesto, luego de varias maniobras, los ganadores del Distrito 12 vuelven a ser Katniss y Peeta.

Así, después de ver el trasfondo político del show (literalmente), se preparan los juegos número 75. Ahora el énfasis no está en el entrenamiento sino en la formación de alianzas entre los participantes. Y vemos también que los simpatizantes de la revolución se encuentran en todas partes (y también cómo les va cuando son descubiertos o cuando ellos mismos se muestran).

Esta cinta, por ser la número dos de una trilogía, es la que se encuentra de relleno en el sandwich. La historia general no comienza con el inicio de la película, ni termina donde finaliza el film. Es una cinta insatisfactoria en sí misma. Sin embargo es una obra más ágil que la primera (la anterior, a su vez, tiene sus problemas propios por ser la del inicio, la que plantea la situación). Quizá esta película sea mejor que la anterior, pero no es tan evidente. La primera película tuvo un costo de 78 millones de dólares, y ésta de 130 millones. ¿La diferencia de calidad está en esos 52 millones de dólares de diferencia? Sí pero no del todo... La verdad es que es más interesante, y eso está relacionado más con los libros que con el presupuesto, pero también, quizá con el realizador y los guionistas.

La primera fue dirigida por Gary Ross (quien tiene en su filmografía Seabiscuit (2003) y Pleasantville (1998), como director, y como guionista Big (1988), Mr. Baseball (1992), Dave (1993), Lassie (1994), Pleasantville (1998) y Seabiscuit (2003), entre otras. Cintas más bien familiares, comedias y dramas. Sin duda es un guionista y un realizador muy correcto, pero no había hecho antes nada que tuviera que ver con una obra de ciencia ficción y de violencia como Los juegos del hambre.

La segunda fue dirigida por Francis Lawrence, quien comenzó como director de videos musicales, pero quien tiene dos películas ligeramente más relacionadas con la saga: Constantine (2005) y I Am Legend (2007). Y los guionistas de esta segunda parte son, de verdad, de lujo: Simon Beaufoy, quien tiene en su filmografía como guionista —y sólo mencionaré dos de bastantes más—, The Full Monty (1997), y Slumdog Millionaire (2008), por el que se ganó el Oscar de Mejor Guión Adaptado; y el otro guionista es Michael Arndt, quien escribió Toy Story 3 (2010), Little Miss Sunshine (2006), por el que se ganó el Oscar, y la reciente Oblivion (2013).

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Los juegos del hambre (II): En llamas. (The Hunger Games: Catching Fire; 2013). Dirección: Francis Lawrence. Guión: Simon Beaufoy y Michael Arndt (basado en la novela homónima de Suzanne Collins). Fotografía: Jo Willems. Música: James Newton Howard. Diseño de producción: Philip Messina. Con: Jennifer Lawrence, Josh Hutchenson, Elizabeth Banks, Woody Harrelson, Stanley Tucci, Philip Seymour-Hoffman y Donald Sutherland, entre otros.



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