Corazones de hierro
(Fury, 2014)
de David Ayer
Jesús Guerra
Un letrero nos informa que la historia transcurre en abril de
1945, cuando los Aliados peleaban ya en territorio alemán. Nos informa también
que los tanques de guerra alemanes eran superiores a los norteamericanos. Lo
primero que vemos es un paisaje después de una batalla. Tanques detenidos,
humo, armas tiradas, cadáveres por todas partes. Un hombre se acerca a caballo,
lentamente. Al pasar junto a un tanque, otro hombre, que estaba escondido, se
lanza sobre él, lo tira del caballo, y lo mata con un cuchillo. El muerto era
un soldado alemán. El hombre que lo ha matado es Don Collier, alias Wardaddy
(Brad Pitt). Al parecer son los únicos sobrevivientes de esa batalla, o los
demás ya se han ido. Sus hombres son
Boyd Swan, Bible ('Biblia', así apodado por su tendencia a citar
versículos de la Biblia, interpretado sorprendentemente bien por Shia LaBeouf),
Trini García, Gordo (Michael Peña) y Grady Travis, Coon-Ass (Jon
Bernthal). Luego de matar a ese hombre (¿por qué no le dispararon?, ¿para
guardar silencio?, ¿no les quedaban balas?), ponen en funcionamiento su tanque
y se van de ahí.
Llegan a un emplazamiento del ejército estadounidense y un soldado
recibe a Wardaddy diciéndole que no creía que hubiera salido vivo (de la
batalla anterior, podemos suponer). Ahí les asignan a un reemplazo del
asistente de conductor de tanque que perdieron, Norman Ellison (Logan Lerman).
Norman se ve bastante joven, inocentón y asustadizo. Les dice que no tiene un
buen entrenamiento par combate pues su función anterior era la de transcribir
mensajes a máquina. Era un chico de oficina y de repente pasa a combatiente en
un tanque. De inmediato los mandan a otra misión: junto con otros tanques
deberán de tomar un pueblo cercano. En un ataque alemán queda de manifiesto la
inexperiencia de Norman, y un error de uno les puede costar la vida a todos.
Wardaddy se encarga de aleccionar al nuevo elemento, de manera brutal pero, al
mismo tiempo, casi paternal.
Luego viene una larga secuencia en el pueblo. La llegada (en las
cercanías del pueblo encuentran mujeres y niños colgados de árboles con
letreros. Wardaddy, que ha peleado en el frente africano y en el europeo, habla
el alemán con fluidez, traduce uno de ellos, que dice algo así como «Soy un
cobarde y no quise pelear por mi patria». Eso lo hicieron los SS. Para ese
momento los alemanes hicieron pelear a toda su población, sin importar género o
edad. Luego de la toma del pueblo llega una de las escenas más importantes de
la película, que no contaré, que podemos llamar «la comida con las dos
alemanas». Esta escena ha sido criticada por algunos reseñistas argumentando
que, en contra del realismo de las escenas de batalla y de la ambientación
general (que incluye los decorados y el vestuario, incluso los tanques, pues la
cinta se filmó con tanques reales de la Segunda Guerra Mundial), esta escena no
lo es. A mí me parece que esto no lo podemos saber. Podemos imaginar las peores
escenas de una guerra como realistas, pero debemos suponer que en todos los
casos hubo excepciones. Quizá en esta cinta, esta escena particular podría
formar parte de las excepciones sin que por ello deje de ser realista.
Independientemente de esto, es buena y está bien realizada, y además cumple una
función dramática, en particular para el novato Norman.
Y al terminar esta escena, con la que finaliza una misión, los
mandan a otra: tomar un punto de un camino, para cortar el paso a los alemanes,
pues de lo contrario éstos llegarían a donde se encuentran médicos, enfermeras
y medicinas del ejército americano, o algo así, pues esto se ordena muy rápido.
Quizá se podría atacar a esta película de episódica (y obviamente se ha hecho),
pero esto también me parece defendible. El que sea episódica actúa contra la
película misma. Se nos vuelve más borrosa porque no hay un objetivo claro
planteado desde un inicio, pero al mismo tiempo la vuelve realista. En abril de
1945, peleando ya en suelo alemán, el objetivo era atravesar el país venciendo
a quienes se pusieran enfrente y tomar Berlín. Aunque aquí no se mencione, ese
era el objetivo de esos días. Así que no necesariamente había un plan definido
para cada día más que ir tomando cada metro posible. Los objetivos eran
inmediatos. Tomar un pueblo, un puente, una carretera. Así que Wardaddy y sus
hombres, a bordo de su tanque Fury (Furia) van a ese punto que hay que
tomar para impedir el paso de los alemanes que vienen.
La escena final también ha sido duramente atacada por muchos y muy
diversos críticos, y los motivos pueden resumirse en que se trata de un clímax
muy hollywoodense, muy típico de los estadounidenses. En principio estoy de
acuerdo. Sin embargo no tengo conocimientos militares. No sé qué podría suceder
en la realidad en una situación así. En todo caso, al guionista y director,
David Ayer, le faltó, quizá, enfatizar lo que estaba en juego, pues tal y como
está planteada la escena todo parece un acto de heroísmo inútil, por decirlo de
alguna manera. Creo que David Ayer
confía demasiado en el conocimiento del público sobre la Segunda Guerra
Mundial, pues ni siquiera nos dice que los alemanes se rindieron a los pocos
días (si la cinta transcurre más o menos en 24 horas de un día de abril de
1945, y los alemanes se rindieron el 8 de mayo, no pudieron pasar más de cuatro
semanas para que la guerra con Alemania terminara). Confía también en el
significado de lo no dicho acerca de cada uno de los personajes centrales. Pero
esto es también un error, porque si no sabemos nada de ellos los personajes
nunca adquieren profundidad para los espectadores. Aun así, la película es
interesante y visualmente muy impresionante.
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Corazones de hierro (Fury). 2014. Dirección y
guión: David Ayer. Fotografía: Roman Vasyanov. Música: Steven
Price. Con: Brad Pitt, Shia LaBeouf, Michael Peña, Jon Bernthal y Logan
Lerman, entre otros. Género: Guerra; acción. País: China y EUA.
134 minutos.
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