viernes, 20 de noviembre de 2020

Rebeca, de Ben Wheatley

 

Netflix, Working Title Films

Rebeca

 

Película

(Rebecca, Reino Unido, Estados Unidos, 2020)

de Ben Wheatley

 

Jesús Guerra

 

 

Una joven inglesa (Lily James) trabaja como dama de compañía para la insoportable señora Van Hopper (deliciosamente insoportable, hay que decirlo, gracias a la interpretación de Ann Dowd) la cual pasa sus vacaciones en Monte Carlo. La acción transcurre a fines de los años 30. La señora Van Hopper ha visto que Maxim de Winter (Armie Hammer) es también huésped del hotel y le ordena a su acompañante que le pida al jefe de meseros que la siente al lado del señor De Winter en la cena, para «entretenerlo», pues debe de seguir tristísimo debido a que enviudó un año atrás. ¿Y quién es el señor De Winter? El dueño de Manderley, una mansión de ensueño en Inglaterra. La joven hace lo que su patrona le ordena, pero no logra su objetivo, lo que sí logra es cautivar a Maxim. La joven y Maxim pasan, entonces, varios días paseando y comiendo juntos, gracias a una oportuna enfermedad de la señora Van Hopper, hasta que ésta decide irse a Nueva York y le ordena a su dama de compañía que prepare sus maletas pues se marchan a la mañana siguiente.

 


La chica, en la mañana, le avisa a Maxim de lo que va a suceder y éste le pide que se vaya con él a Manderley. Y juntos le dan la noticia a la expatrona Van Hopper, la cual los felicita con una enorme y falsa sonrisa, muerta de envidia. Hasta aquí, la cinta se ha desarrollado más o menos como una comedia romántica. A partir de la llegada a la asombrosa Manderley, la obra se convierte, ahora sí, en un drama de misterio, dominado por una villana de antología, la señora Danvers (una estupenda Kristin Scott Thomas) y por la sombra larguísima y densa de Rebecca, la esposa fallecida de Maxim. La lucha de la nueva señora De Winter es, entonces, contra un fantasma, un fantasma que se encuentra en la mente de cuantos conocieron a Rebecca, al parecer, una mujer perfecta.

 


Y la lucha que ha tenido que entablar esta nueva adaptación de la novela homónima de Daphne Du Maurier ha sido con su propia Rebecca, es decir, con la exitosísima película de 1940 de Alfred Hitchcock (a pesar de que ha habido numerosas adaptaciones posteriores, para cine, televisión, teatro y radio). El fantasma de la Rebecca de Hitchcock habita también en la mente de muchos críticos que de inmediato han atacado la nueva adaptación, algunos con profunda saña. A mí, en cambio, esta nueva versión de Netflix, dirigida por Ben Wheatley, me ha gustado, en términos generales. No es perfecta, por supuesto, creo que tiene algunos problemas de ritmo y de atmósfera, aunque me parece bien contada, y tiene un final agregado que no termina de convencerme.

 


Sin entrar en detalles, para no arruinarles la experiencia a quienes no hayan visto ninguna de estas dos adaptaciones ni hayan leído la novela, puedo decirles que la cinta de Hitchcock tuvo que hacer un cambio importante en la parte final de la película, en uno de los puntos clave, debido al tristemente célebre Código Hays, o Código para la Producción de Películas que estuvo vigente de 1934 a 1968 en los Estados Unidos, el cual servía de guía para la autocensura de la industria cinematográfica norteamericana, para evitarse problemas con la ley, como prohibiciones de exhibición o juicios por faltas a la moral. El cine es un medio mucho más masivo que los libros, así que la novela no tuvo ningún problema a pesar de haber sido un bestseller, y hasta se ganó el National Book Award en los Estados Unidos en 1938 (aunque la autora era inglesa). La nueva versión (que no se asume, por supuesto, como un remake de la cinta de Hitchcock, sino como una nueva adaptación de la novela) cuenta esa escena fundamental como está en la novela, pero a cambio hace otros cambios en la parte final, que tampoco me convencen, para darle mayor importancia al papel que juega la protagonista en esa sección de la cinta. Tienen sentido si suponemos que tanto los guionistas como el realizador estaban pensando en los espectadores (y sobre todo en las espectadoras) de las nuevas generaciones, que muy probablemente no han visto la película de Hitchcock ni han leído la novela (ni les interesa hacerlo), pero no es del todo coherente con la personalidad de la nueva señora De Winter (que, dicho sea de paso, su nombre nunca es mencionado, en ninguna de las dos adaptaciones ni en la novela, como contraste con las constantes menciones a Rebecca).

 


Lily James interpreta bastante bien su papel, y de hecho tal vez concuerde mejor con la idea de la novela, una chica pequeña, frágil, ingenua, buena, guapa pero insegura, que es vapuleada por la siniestra señora Danvers y por las circunstancias en que se encuentra, intimidada por la estatura social de su marido, de su familia, de la mansión en que vive y del fantasma de Rebecca, pero a la hora de compararla con Joan Fontaine (los que la comparamos, claro) pues no sale muy bien librada. Armie Hammer ha sido criticado por no verse lo suficientemente inglés, pero en mi opinión (todo es cuestión de perspectivas) en esta versión Maxim es más cálido, más cercano, más vulnerable, más «real», por lo menos para nuestro tiempo; la interpretación de Laurence Olivier tal vez era más cercana al comportamiento inglés, sobre todo en esa época, pero desde nuestros días se ve demasiado lejano y desinteresado.

 

Los decorados, las locaciones, la fotografía, la iluminación, las paletas de colores de cada escena, los vestuarios, son estupendos. Y la música, muy sutil durante la mayor parte de la cinta, es interesantísima, algo extraña y muy bella, a pesar de que para una buena parte de los espectadores pasará desapercibida. Lo que esta cinta definitivamente no logra es la atmósfera claustrofóbica y siniestra de la cinta de Hitchcock.

 

En el sitio IMDb, cuyos usuarios tienden a ser implacables, la Rebecca de Hitchcock tiene una calificación de 8.1 / 10 (a pesar de ser de Hitchcock y a pesar de que tuvo en su momento 11 nominaciones a los Óscares, de los cuales se ganó dos: Mejor Fotografía y Mejor Película), y en Metascore tiene una calificación de 86 / 100. En cambio, la Rebecca de Ben Wheatley tiene 6 / 100 en IMDb y 46 / 100 en Metascore, lo cual, la verdad, me parece injusto. Pero eso nos muestra, entre otras cosas, la enorme fuerza que ejerce aún la sombra de la cinta de 1940, el fantasma de la Rebecca de Hitchcock.

 

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* Todas las imágenes que acompañan esta entrada son propiedad de Netflix y Working Title Films

 

Rebecca

Producción: Netflix, Working Title Films

Dirección: Ben Wheatley

Guion: Jane Goldman, Joe Shrapnel, basado en la novela homónima de Daphne Du Maurier

Fotografía: Laurie Rose

Música: Clint Mansell

Edición: Jonathan Amos

Diseño de producción: Sarah Greenwood

Dirección de arte: Will Coubrough, Nick Gottschalk, Louise Lannen, Will Newton

Vestuario: Julian Day

Con: Lily James (Señora de Winter), Ann Dowd (Señora Van Hopper), Armie Hammer (Maxim de Winter), Kristin Scott Thomas (Señora Danvers), Tom Goodman-Hill (Frank Crawley), Sam Riley (Jack Favell), entre otros.

Género: Drama, misterio

País: Reino Unido, Estados Unidos

Idioma: Inglés

Año: 2020

Duración: 121 minutos

Está en Netflix