sábado, 15 de febrero de 2020

Luna nera (serie-TV), de Francesca Manieri


© Netflix




Luna nera
Serie de TV
(Luna nera, Italia, Alemania, 2020)
Creadoras: Francesca Manieri, Laura Paolucci, Tiziana Triana

Jesús Guerra

Luna nera (o sea «Luna negra») es una serie italiana, coproducida por Alemania, que se ubica en un pueblo italiano llamado Serra en algún momento del siglo XVII. Unas mujeres, en un bosque, encuentran varios venados muertos. Comentan que eso presagia una tragedia. Por otra parte, Pietro, un joven de Serra que estudia medicina en Roma regresa a su pueblo porque su madre está muy enferma. Su familia y la gente del pueblo dicen que enfermó por culpa de una bruja.

Ade, una joven que vive a las afueras del pueblo con su hermano pequeño y su abuela, que es partera, un día ayuda a su abuela en un parto. El niño nace muerto. La madre de la criatura les echa la culpa a las parteras, por ser brujas.

De inmediato, un grupo de cazadores de brujas, encabezado por Sante (el padre de Pietro), se lanza a buscar a las culpables. La abuela de Ade, Natalia, sabe el peligro en el que se encuentran. Entierra un libro en el piso de la choza en la que viven. Lo entierra y lo protege con un hechizo, ante el asombro de Ade que no está enterada de los poderes de Natalia. La anciana le dice a su nieta que, si algo le sucede, debe buscar un lugar específico en el corazón del bosque, abrirlo con un medallón que le entrega, y llegar a las Ciudades Perdidas, y que ahí encontrará refugio con otras mujeres como ellas. Y Natalia sale de la choza, pero de inmediato es aprehendida por Sante y su grupo, los Benandanti.


© Netflix


Pietro, por su parte, atiende a su madre. Él no cree en la brujería, cree en la ciencia. Y le horroriza lo que hace su padre, apresar y torturar mujeres por creerlas brujas.

Ade no obedece el mandato de su abuela, por miedo, pues ella no es una bruja, y pide ayuda en el pueblo para alimentarse ella y su hermano, pero nadie la socorre. Todos se retiran y se persignan. Los del pueblo creen que es bruja. Ade y Pietro se encuentran en el bosque y, por supuesto, se gustan, pero Pietro queda enamorado de manera instantánea. Una tarde en que Ade intenta cambiar una cesta por un poco de leche o algo de comida, la gente del pueblo la agrede. Pietro interviene y la defiende. ¿No se dan cuenta de que sólo se trata de una pobre muchacha con hambre?

Mientras tanto, los curas de Serra dicen que ha quedado demostrado que la abuela de Ade es una bruja y dicen que la quemarán a la mañana siguiente. Ade se da cuenta, entonces, de que no tiene alternativa, tiene que ir a buscar a las mujeres de las que le habló su abuela.

Luna nera es una serie extraña. Parte de una buena idea, pero la escritura de sus guiones y su realización es bastante fallida, aunque con algunos buenos momentos. Son sólo seis capítulos los que componen la primera temporada y sin embargo el ritmo general también es irregular: algunos episodios son lentos pero algunos acontecimientos se sienten precipitados. Quizá son muchos los elementos que los guiones tratan de manejar y las guionistas no terminan de decidir cuáles son los más importantes. Por una parte está el terror, no sólo religioso sino machista, de una institución similar a la Inquisición; por otra el empoderamiento de las mujeres; por otra más el amor, sus accidentes y sus contradicciones. Por un lado están los elementos históricos y por otro los fantásticos. Sin embargo, el sexto capítulo le da la vuelta a la serie. Es interesantísimo y nos deja con ganas de saber qué sigue. Hay sorpresas en situaciones, acontecimientos y personajes.


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Las actuaciones son, también, desiguales, como los guiones, aunque el actor que encarna a Sante y la actriz que interpreta a Cesaria son bastante mejores que el resto, y algunas de las locaciones son extraordinarias (ruinas y pueblos reales). En términos generales la ambientación es buena, aunque también tiene sus excepciones. Y la música, que me gusta, es completamente anacrónica.

No se requiere estar enterado de que es una serie hecha por mujeres (creadoras, guionistas y directoras) para darse cuenta que la intención principal de Luna nera es empoderar a las mujeres, y esto me parece muy bien. (Chilling Adventures of Sabrina, la serie estadounidense, está haciendo algo similar, pero en un tono completamente diferente, pues aunque se anuncia como drama, fantasía y horror, es en realidad una comedia negra de horror para adolescentes, también con sus altibajos.) No obstante, me parece que Luna nera confunde tonos y hasta objetivos.

Una cosa es la visión de la magia y la hechicería desde una perspectiva fantástica: en Harry Potter la mayor parte de los brujos y brujas son buenos, aunque hay algunos que trabajan para la oscuridad, y la lucha es entre ellos; los humanos no mágicos ni se enteran. En Chilling Adventures of Sabrina el asunto es mucho más complicado, pues no terminan de decidir si Sabrina es buena o mala (o incluso confunden, al parecer, el significado de maldad), pero en todo caso es divertida, y los amigos de Sabrina que no son brujos ni brujas colaboran con ella en lo que pueden. En The Witcher, que se desarrolla en otro universo u otra dimensión, los magos, brujos y hechiceros conviven con elfos, monstruos y humanos, pero las luchas fuertes se dan también entre diversas facciones de seres mágicos…


© Netflix


Otra cosa, completamente diferente, es la lucha que mantuvo la Inquisición y otras instituciones similares en la Europa de la Edad Media contra las herejías y la brujería, en parte por histeria de las diversas Iglesias cristianas (la católica a la cabeza) y en parte por corrupción (pues se quedaban con los bienes de los condenados). Evidentemente las víctimas de estas instituciones no eran brujas ni brujos (la mayoría fueron mujeres pero también hubo hombres condenados y ejecutados), aún si en algunos casos ellos mismos lo creyeran. En Luna nera esta conjunción de elementos no está bien resuelta... por lo menos en la primera temporada. Ya veremos qué sigue, si la serie continúa.

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Luna nera
Creadoras: Francesca Manieri, Laura Paolucci, Tiziana Triana
Producción: Fandango, Netflix
Dirección: Francesca Comencini, Susanna Nicchiarelli, Paola Randi         
Guiones: Francesca Manieri, Laura Paolucci, Tiziana Triana
Fotografía: Valerio Azzali
Dirección de arte: Marc'Antonio Brandolini
Música: Ariel Lerner, Elisa Zoot 
Diseño de vestuario: Susanna Mastroianni
Con: Nina Fotaras (Ade), Nathan Macchioni (Adriano), Filippo Scotti (Spirto), Federica Fracassi (Janara), Manuela Mandracchia (Tebe), Astrid Meloni (Amelia), entre muchos otros.
Género: Acción, drama, fantasía
País: Italia
Idioma: Italiano
Año: 2020
Duración: 45 minutos cada episodio
Episodios: 6 (primera temporada)
Está en Netflix





sábado, 8 de febrero de 2020

Van Helsing (serie-TV)


© Netflix, Nomadic Pictures, 
SyFy, Dynamic Television




Van Helsing
Serie de TV
(Van Helsing, Estados Unidos, 2016 a la fecha)
Inspirada en la serie de novelas gráficas
Helsing de Zenecope 

Jesús Guerra

Van Helsing es una serie de televisión que lleva cuatro temporadas de 13 episodios cada una; se estrenó en 2016 y la más reciente es de fines de 2019. Se espera la quinta y aparentemente última temporada para fines de 2020. No acredita a nadie como creador o creadores de la serie, pero entre los productores ejecutivos hay un guionista que es el que más capítulos ha escrito, Neil LaBute, y un realizador que ha dirigido más episodios que los demás, Michael Nankin, a quienes, quizá, debamos suponer como creadores de esta serie.

Como es evidente a partir del título, esta obra es de vampiros, pero, en principio, no en un sentido muy tradicional, aunque hay de todo. No es propiamente de terror sino de ciencia-ficción con fantasía, drama y acción. En términos generales está bien hecha, teniendo en cuenta que evidentemente no es una serie de gran presupuesto. El argumento ha ido evolucionando a lo largo de los 52 episodios que se pueden ver en Netflix, aunque no siempre para bien. A pesar de ser de vampiros en muchos aspectos se parece más a The Walking Dead que a otras obras de terror, sobre todo en un inicio. Ha ido mezclando aspectos científicos (de ciencia-ficción, por supuesto) con elementos legendarios y hasta esotéricos del terror clásico. No es la mejor serie, pero es interesante, aunque, por supuesto, no es para todos los gustos. Tiene líneas narrativas, elementos y personajes que me gustan mucho, así como otros que no me interesan y algunos detalles que incluso me molestan, porque son clichés.


© Netflix, Nomadic Pictures, SyFy, Dynamic Television





La serie empieza en 2019, tres años después del alzamiento de los vampiros. Debido a la enorme explosión de un volcán en alguna parte de los Estados Unidos, una parte del país quedó oscurecida por una densa nube de cenizas, que les permitió a los vampiros (que, por supuesto, ya vivían entre nosotros, pero siempre escondidos en áreas oscuras, viviendo y cazando de manera anónima) tomar la calle. Esto, la verdad, no está del todo explicado, ésta es más o menos la explicación para el alzamiento, aunque no, a mí tampoco me convence...

En el momento en que se produce el alzamiento, Vanessa (Kelly Overton) —que en ese momento ni siquiera sabía que era descendiente de los Van Helsing—, era una joven sin empleo, que batallaba para conseguir dinero para ella y su hija de 10 años, Dylan (Hannah Cheramy) y vivía en un edificio horrendo. Cuando Vanessa es atacada por un vampiro, aunque ella da una buena pelea (pues tiene un entrenamiento y una fuerza de las que no hablaré) es mordida por el vampiro, el cual se reconvierte en humano, pero Vanessa ni siquiera se da cuenta del prodigio porque ha quedado inconsciente debido a la gravedad de las heridas. De hecho, Dylan la da por muerta. Y la policía también, pues es trasladada a un hospital en calidad de cadáver, para la autopsia de rigor. Sin embargo, la doctora que la atiende (Doc se le empieza a decir a partir de ahí, encarnada por Rukiya Bernard, que es joven a pesar del nombre) se da cuenta que algo no está bien con ese cuerpo, analiza su sangre y se da cuenta que la joven está viva, y que su sangre no es normal.


© Netflix, Nomadic Pictures, SyFy, Dynamic Television


Doc habla con su hermana, que trabaja para el ejército, y entre otras cosas le menciona el caso de la chica en coma, y poco después llega un grupo de soldados a llevarse ese cuerpo a una instalación militar, pero justo en esos momentos el alzamiento cobra fuerza debido a una segunda explosión volcánica, entran vampiros al hospital, se desata el caos. Y la sargento o jefa del grupo de soldados deja encargado a uno de ellos, Axel Miller (Jonathan Scarfe) de cuidar a esa mujer, que es importante para el ejército, en lo que ellos van a ayudar y a pedir refuerzos, etc. La civilización colapsa. Y tres años después, en ese mismo hospital, pero fortificado de manera casera, sigue Axel cuidando a la chica en coma y a Doc, a la cual tiene encerrada tras unas rejas y a la que alimenta con su propia sangre, pues recientemente fue mordida y convertida en vampiro.

Esto no es más que el arranque de la historia. A partir de aquí evoluciona hacia el futuro y, a través de flashbacks, nos van narrando fragmentos del pasado que nos permiten entender sucesos del presente. La serie tiene su etapa The Walkind Dead (claro, están en el postapocalipsis), su etapa Hammer Films, sus momentos Mad Max, sus guiños a The Texas Chainsaw Massacre y a muchas obras de cine y televisión. Incluso tiene su faceta mágica, que a mí no me gusta, porque la encuentro más cercana a Harry Potter que a cualquier otra cosa (y no me gusta porque no me parece congruente, no porque no me guste Harry Potter).


© Netflix, Nomadic Pictures, SyFy, Dynamic Television


Sí, tiene sus altibajos, pero me gustan varios personajes: Axel Miller, el marine (Jonathan Scarfe, quien, por cierto, ha dirigido siete de los 52 episodios), Sam (Christopher Heyerdahl), Flesh (Vincent Gale), Julius (Aleks Paunivic) y Mohamad (Trezzo Mahoro) son muy buenos personajes y están bien interpretados. El personaje de Vanessa, que se supone es el principal, a veces me gusta, a veces me disgusta, otras me molesta. Mención aparte merece el vampiro Scab (interpretado de manera excepcional por Rowland Pidlubny, tiene momentos realmente aterradores y otros divertidísimos).

En cuanto a las líneas argumentales, yo hubiera preferido que la serie siguiera la faceta de ciencia-ficción (más o menos como la impresionante novela El pasaje, de Justin Cronin), o una línea legendaria original (como las Crónicas Vampíricas de Anne Rice) aunque en algún momento entroncara inevitablemente con el vampiro de vampiros, simplemente por el apellido de Vanessa, pero la mezcla que han hecho es evidentemente producto de un cómic. Ni modo. Pero tiene una línea narrativa me parece genial (obviamente aterradora): a un asesino en serie convertido en vampiro.


© Netflix, Nomadic Pictures, SyFy, Dynamic Television


Si les gustan estos géneros y estos temas, la serie se deja ver y tiene momentos bastante buenos. Creo que en general la cuarta temporada ha sido la que más ha decaído. Espero, sin embargo, que se recupere en la temporada final.

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Van Helsing
Producción: Nomadic Pictures, Dynamic Television, Echo Lake Entertainment, Netflix
Dirección: Michael Nankin (9 episodios), Jonathan Scarfe (7), David Winning (6), Jason Priestley (4), Amanda Tapping (4), Jacquie Gould, Simon Barry, David Frazee, Kaare Andrews, Paul Johansson, Jason Stone, Leslie Hope, Shannon Kohli, Alexandra La Roche, Jackie May, Kimani Ray Smith, Lynne Stopkewich
Guiones: Neil LaBute (15 episodios), Gorrman Lee (14), Shevon Singh (13), Suki Kaiser (13), Tristin Morton (13), Jonathan Walker (12), Karen Lam (12), Jackie May (11), Jeremy Smith (11), Matt Venables (10), Simon Barry (3), Michael C. Natchoff, Sarah Jane Trohimchuck
Fotografía: Brendan Uegama      (25 episodios), Ronald Richard (12), Gerald Packer (10), Neil Cervin
Edición: Bridget Durnford (35 episodios), Jon Anctil (8), Lara Mazur (8)
Diseño de producción: James Hazell (26 episodios), Grant Pearse (18)
Dirección de arte: Carla Miranda (13 episodios), Tracey Loverock (3)       
Música: Rich Walters
Con: Kelly Overton (Vanessa Van Helsing), Jonathan Scarfe (Axel Miller), Aleks Paunovic (Julius), Vincent Gale (Flesh), Christopher Heyerdahl (Sam), Rukiya Bernard (Doc), Rowland Pidlubny (Scab), Trezzo Mahoro (Mohamad), Jennifer Cheon Garcia (Ivory), Paul Johansson (Dmitri), Jesse Stanley (Oráculo), Missy Peregrym (Scarlett Harker), entre muchos otros.
Género: Acción, drama, fantasía, horror
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Año: 2016-2019
Duración: 45 minutos cada episodio
Episodios: 52 (cuatro temporadas)
Está en Netflix


sábado, 1 de febrero de 2020

Todos los muertos tienen la misma piel, de Boris Vian






Todos los muertos tienen la misma piel
de Boris Vian

Jesús Guerra

Quienes no hayan leído a Boris Vian no saben lo que se han perdido: es toda una experiencia. Este año es muy bueno para empezar a leerlo, o para leer los libros suyos que tenemos pendientes, o para releer nuestros favoritos pues en 2020 se celebra el centenario de su nacimiento. En Francia, y también en otros países de lengua francesa, como Bélgica y Suiza, se ha preparado una enorme cantidad de eventos para esta celebración: exposiciones, conferencias, publicación de libros, presentaciones de teatro, conciertos de jazz, exposiciones, etcétera. Supongo que con la crisis del coronavirus los eventos de marzo y abril habrán sido pospuestos para fechas posteriores. Revisé el catálogo de eventos de febrero y marzo y la cantidad (y supongo que también la calidad) es extraordinaria.
 
Edición original, con Sullivan
como autor y Vian como
traductor
Como bien saben los lectores de Boris Vian (nacido el 10 de marzo de 1920, en París, y fallecido en la misma ciudad el 23 de junio de 1959, a los 39 años), este artista fue polifacético: escribió novelas, poemas, obras de teatro, guiones de cine y letras de canciones, tradujo novelas policiacas, y también fue trompetista y cantante de jazz, periodista y crítico musical, compuso óperas y dirigió compañías disqueras.

Ya comentaré más de este artista genial en entradas próximas, pero por el momento quiero recomendarles una de sus novelas de la serie de Vernon Sullivan. Antes explico este asunto pues Vernon Sullivan no es un personaje sino el supuesto autor del libro, es decir un heterónimo de Boris Vian.

En 1946, Vian escribió, según se dice, en 15 días, una novela policiaca, ubicada en los Estados Unidos, cuyo tema central es el racismo. La novela se llama Escupiré sobre vuestra tumba (en francés J'irai cracher sur vos tombes). La novela es violenta, salvaje y escabrosa, por decir lo menos. Claro que para nuestros días una obra así es equivalente, más o menos, a una película de Quentin Tarantino, pero hace casi 75 años fue un escándalo, que es lo que Vian quería, y para evitarse problemas, la publicó con el nombre de Vernon Sullivan como autor y el suyo apareció como el traductor, pues según esto Sullivan era un escritor norteamericano, negro, que no había podido publicar la novela en su país debido al tema. Por el escándalo la novela se convirtió en un bestseller en Francia al año siguiente.
 
Edición en inglés
Con el mismo truco, Vian escribió y publicó en 1947 Todos los muertos tienen la misma piel (Les morts ont tous la même peau), y en 1948 otras dos novelas firmadas como Vernon Sullivan: Que se mueran los feos (Et on tuera tous les affreux) y Con las mujeres no hay manera (Elles se rendent pas compte). Pero ese año las autoridades francesas prohibieron la venta de la primera novela, y luego también de la segunda, y no quedaron conformes: llevaron a juicio al editor y al traductor por «ultraje a las buenas costumbres». Ahí ya no hubo manera de seguir con la impostura y Boris Vian tuvo que reconocer que él era el verdadero autor de las obras y que Vernon Sulivan no existía. Tanto él como el editor tuvieron que pagar una multa. Y, además, los críticos literarios se ofendieron por el engaño. (Se dice que el nombre de Vernon Sullivan lo formó a partir de los apellidos de dos jazzistas: del baterista Paul Vernon y del pianista Joseph Michael Sullivan, de nombre artístico Joe Sullivan.)

Edición francesa en Le Livre
de Poche
Leídas a casi 75 años de distancia, las dos primeras novelas nos siguen sorprendiendo, aunque, sabiendo lo que sabemos, y teniendo en cuenta que se han convertido en algo similar a novelas de culto, adquieren un aire paródico. En cambio, las otras dos, sobre todo la cuarta, Con las mujeres no hay manera, eran ya plenamente paródicas desde el principio. (Esta última hubiera podido ser adaptada al cine por el Almodóvar de los años 80, antes de que se volviera pretensioso y melodramático.)

En Todos los muertos tienen la misma piel, la segunda novela de Vernon Sullivan, el primer narrador es el protagonista (porque hay un segundo narrador, el tradicional, omnisciente). Dan es un hombre a todas luces blanco, que trabaja en un bar de Nueva York sacando borrachos problemáticos, el cual está casado con Sheila, obviamente blanca, y tienen un hijo (sí, blanco). Dan está conforme con su trabajo y con su vida matrimonial. Pero un día lo va a buscar a su casa un negro (un afroamericano dicta la corrección política) llamado Richard, que es su hermano, o su medio hermano, al que tenía años de no ver. Pero Richard es un pillo y Dan sabe que le traerá problemas. Además, le recuerda el hecho, que es un trauma para Dan, de que realmente es mulato.
 
Edición francesa en 10/18
Cuando días después llega un hombre al bar y le dice a Dan que va de parte de Richard, su hermano, y le pide dinero en su nombre, Dan sabe que Richard no lo va a dejar en paz, que le puede destruir su vida de blanco, y decide que tendrá que matar a su hermano. A partir de ahí, las cosas se le van complicando a Dan y éste va dejando un rastro de cadáveres.

Ya lo sabemos, el mejor homenaje a un autor es leer su obra, así que en el centenario del nacimiento de Boris Vian, mi recomendación es que lean este libro o cualquiera que consigan de este particularísimo autor.

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Todos los muertos tienen la misma piel. Boris Vian. Edhasa. 169 págs. 

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